De la noche a la mañana, los vecinos de la intersección de las avenidas Iselín y Rivadavia, en San Rafael, vieron cómo desaparecía la rotonda que servía para ordenar el tránsito. Más tarde llegó la explicación oficial de la comuna, que decidió levantar la rotonda (hecha con bloques de cemento que estaban colocados pero no adheridos a la calzada) para realizar un ordenador vial más amplio que permita la transitabilidad, en especial de los ómnibus de gran porte
Desde el área de Obras Públicas que dirige Roberto Zaratiegui, informaron que se levantó la rotonda que se había colocado a modo de prueba y se logró disminuir los accidentes. Ahora se hará una redimensión del viejo ordenador, ampliar el espacio de paso de los vehículos, se ensanchará la circulación con dársenas y mejoras en el radio de los cordones en las esquinas para facilitar el giro. Está previsto un plazo de ejecución de 90 días.
El personal municipal y las máquinas hicieron la remoción de la vieja rotonda, se instalaron los carteles de desvío y precaución y comenzaron las tareas para construir un ordenador similar a los que ya hizo la comuna en la intersección de Moreno y Granaderos, donde también hay una gran afluencia de colectivos por la proximidad con la terminal de ómnibus.
De esta manera, destacaron que se va completando un plan de obras que se inició a principio de año, con el asfalto de la avenida Iselín entre Urquiza y Rivadavia, y las calles aledañas de Granaderos, para permitir el tránsito de los vehículos de forma más ágil y segura.
Esta rotonda, junto con la obra que se concretó en la intersección de las avenidas Moreno y Granaderos, es un proyecto conjunto pensado no sólo para el tránsito de los automóviles sino que buscar dar una solución a los ómnibus de gran porte, quienes utilizan ambas vías para salir de la terminal.
Es que ambos cruces se encuentran en el recorrido habitual de los colectivos. Este comienza en la terminal de ómnibus sobre Granaderos, por esa vía hasta Iselín, y desde allí hasta Rivadavia para doblar hacia el oeste y tomar la avenida Rawson. Desde ese punto acceden hasta la rotonda del Mapa (de acceso oeste) y la Ruta Nacional 143.
“Por esta razón es fundamental que estos dos ordenadores viales cuenten con espacios amplios para no complicar las maniobras de giro de los colectivos de larga distancia”, afirmaron desde el municipio.
Para los vecinos de la zona la rotonda -que ahora no está- colaboró en que los vehículos disminuyeran la velocidad. “Cruzar acá es imposible. Los autos tienen un semáforo en Castelli que está a tres cuadras y acá pasan muy rápido, como corriendo carrera hasta Rawson y al revés”, contó Laura que vive en la zona.
Aunque varios vecinos coinciden que ayudó en el tema velocidad, muchos entienden que mejoraría el tránsito un semáforo. “Con rotonda y todo tenemos choques todas las semanas. La única manera de organizar es que cada cual tenga su tiempo de paso que sólo lo da la luz verde o roja”, dijo Roberto, otro vecino del lugar.
La ciudad tiene varias rotondas que surgieron para solucionar los cruces y a la vez no demorar en algunas horas que no hay tanto tránsito. Estos ordenadores se encuentran en el acceso oeste (más conocida como la del mapa); en el otro extremo de la ciudad en el acceso este llamada rotonda de la copa, y de las ubicadas en las intersecciones de Zapata y Emilio Mitre, San Martín y Rivadavia, entre otras.