En San Rafael existe una gran cantidad de instituciones deportivas, que a partir del fútbol trascienden fronteras y se hacen conocidas, pero atrás hay un trabajo de contención social de cientos de niños y jóvenes, que se realiza casi desde lo invisible y a pulmón, con escasa ayuda oficial. Uno de estos casos es el Sportivo Pedal Club, uno de los más antiguos del departamento ya que hace 93 años alberga en su complejo ubicado en Pedro Vargas y Cabildo -en la zona sur de la ciudad y muy cerca del centro- a muchos deportistas de distintas disciplinas, aunque se lo conoce más por su labor futbolística.
Después de varias décadas sin un salón polideportivo cerrado -el tinglado existente lo tiró abajo una nevada en 1975-, la comisión directiva y los socios lograron levantarlo una vez más con el esfuerzo de los simpatizantes, a través de rifas y otros eventos.
“Tenemos un techo cubierto para un salón que tiene 1.250 metros cuadrados. El paso siguiente, en lo que trabajamos actualmente, es concretar la energía eléctrica y los sanitarios antes de fin de año, también el cierre perimetral al finalizar mi mandato. Queremos darle el uso necesario y adecuado, inclusive con el albergue que está proyectado en la parte alta del salón”, contó Pablo Giangravé, que preside la institución desde el 2 de julio y hasta 2019, acompañado de una comisión directiva que supera los 12 integrantes y de la que participa desde hace siete años.
Este espacio tendrá las medidas reglamentarias para poder practicar balonmano, básquetbol, fútbol de salón, voley, hockey, fútbol femenino y patín artístico, entre otras disciplinas. El salón está encaminado con un gran trabajo que se viene realizando desde hace varios años, desde mover las torres de iluminación que estaban dentro, realizar columnas nuevas, el encadenado o darle la altura necesaria de 8 metros, lo reglamentario de todos los deportes.
Entre otras cosas, se recuperó el sector de las antiguas canchas de fútbol 5 que era privado, se levantó todo y ahora se utiliza para la práctica de fútbol infantil, aunque se apuesta a realizar una cancha de múltiple propósito, con sintético para hockey y otras actividades, aunque depende de los aportes o subsidios que se puedan conseguir. Es que a pesar de que el fin de la obra parece estar muy cerca, desde hace algún tiempo se trabaja en la llegada de fondos nacionales, provinciales y municipales pero el destino y la suerte le son esquivas. De ninguno de los tres ámbitos han llegado los subsidios tramitados, a pesar del destacado trabajo de contención social que brinda el club a los cientos de niños y jóvenes del departamento.
Giangravé, también ex jugador del “tricolor” (así se lo conoce al club), indicó que “lo construido hasta ahora es producto de fondos recaudados mediante rifas, eventos y el aporte de los socios fundamentalmente”. Contó que hace un año se presentó la documentación tanto en Buenos Aires como en Mendoza para tratar de recibir algún subsidio, pero no han obtenido respuestas y resaltó que el municipio sí los ayudó, además de ofrecer su compromiso de continuar colaborando con el club.
Actualmente Pedal no tiene un número de socios concretos y tampoco trabaja asociando, pero tiene en marcha una rifa por un auto 0 KM que se sortea a fin de año. Se trata de 500 números con los que se buscó además comprometer al hincha para que colabore con el club.
“Hoy no tenemos deuda, se saldaron los juicios, los profesores y jugadores están al día, estamos encaminados y el objetivo es poder afianzar al club desde lo social, económico. Y que se pueda utilizar el salón con las distintas disciplinas. Desde lo futbolístico el objetivo es ver a Pedal campeón, porque se trajeron muchos refuerzos, aunque buscamos fortalecer al fútbol con los chicos del club, más de 200, y que en cinco o seis años la mayoría de los jugadores sean de la cantera. En fin, queremos seguir creciendo desde las obras realizadas y que estas generen nuevos ingresos para cimentar la ‘Fortaleza de cemento’”, concluyó Giangravé.
Según cuenta la historia, el club nació de una reunión en la bicicletería de Francisco Postigo, donde surgió el primer eslabón de una larga cadena que lleva más de 93 años de vida. La antigua casa de bicicletas fue testigo un 14 de abril de 1924 de la reunión de dirigentes del Cicles Club San Rafael y del Deportivo San Rafael, los primeros dedicados al ciclismo, los segundos al fútbol. Ámbos decidieron aunar esfuerzos, criterios y formar lo que hoy es el Sportivo Pedal Club.
El actual presidente sigue el legado de grandes pioneros en la institución, que se iniciara con Félix Arnedillo como primer titular. En aquella primera reunión de comisión directiva se resolvió elegir los colores de la camiseta de fútbol y, según cuenta una anécdota, don Graciliano Trimiño había llevado una bandera de Francia. Nadie dudó entonces en aceptar la propuesta y quedó pactado que esos serían los colores a rayas verticales de la entidad, la famosa “Tricolor”.
La nevada que lo derrumbó en 1975
Su primera cancha fue en un baldío, donde hoy se encuentra la escuela Villanueva. Al tiempo, Pedal concretó la adquisición de un terreno que pertenecía a Alberto Herrero, ubicado entre Pedro Vargas, Cabildo y Gutiérrez, donde hoy se erige el estadio.
Años después, una gran ocurrida en el invierno de 1975 sorprendió a los sanrafaelinos. La nieve caída se acumuló durante varios días y causó preocupación en el departamento, tanto en hogares como en instituciones que vieron peligrar los techos por el peso de la nieve que no terminaba de derretirse.
Muchas construcciones se vieron perjudicadas por esa gran nevada, una de ellas fue el Sportivo Pedal Club, cuyo techo del amplio salón se derrumbó. Hasta entonces era escenario de los más grandes festivales de boxeo que tuvo el sur mendocino, con la primera velada boxística que se llevó a cabo el 18 de octubre de 1967, con Nicolino Locche como protagonista venciendo por puntos a Leonardo Peralta.