Gran conmoción causó la muerte de una mujer de 76 años que aparentemente fue atacada con un objeto contundente en su vivienda de calle Deoclesio García 630 de San Rafael. El móvil, según las primeras investigaciones, sería el robo.
Se trata de Cirila Camelia Ávila, más conocida por su segundo nombre en la barriada Pueblo Quiroga, al sureste de la ciudad sureña, donde habitaba desde "siempre", sostienen sus vecinos que aún no salen del asombro.
"La vimos anoche a última hora cuando iba a comprar cigarrillos. Estaba decidida a dejar de fumar porque hace poco murió su cuñada de cáncer de pulmón. Era una mujer muy activa y para nada representaba su edad", dicen los vecinos cuando comentan las últimas horas de la señora "de Avón", como la conocían otros, por la actividad comercial desarrollada hasta que se jubiló "con la mínima", dicen otros.
"¿Qué le pueden haber robado? Nada porque cobró el lunes y ella siempre pagaba sus cuentitas inmediatamente", se pregunta y responde otro conocido.
Todos coinciden en que las sospechas están dirigidas a alguien de "los que se juntan en una casa contigua que está deshabitada. Ahí pasa de todo y había un chico que estaba desde hace unos días totalmente instalado en el lugar aunque no hay muebles ni nada. Hoy no está", señaló otra allegada.
Lo cierto es que un vecino relató a Los Andes que ayer a la mañana, alrededor de las 11, llegó a la casa un hermano de la víctima de nombre Adolfo y le preguntó por la mujer porque habían tratado de comunicarse con ella pero no respondía. El vecino le respondió que no la había visto durante la mañana.
“Yo tengo un juego de llaves de la casa porque nos cuidamos entre nosotros, así que fuimos los dos y otro familiar que ya había llegado también, y entramos. Cuando llegamos a la lavandería vimos que estaba la puerta sin llave y ahí sospechamos que algo pasaba.
Esa puerta da al patio. Cuando entramos a la habitación de Camelia la vimos tirada en el piso junto a la cama en un charco de sangre. Fue tremendo. La Policía dijo que había recibido un fuerte golpe en la cabeza y que eso, aparentemente, le había provocado la muerte. Estaba toda la habitación revuelta pero parecía que no faltaba nada. Plata no se llevaron porque yo se dónde la tenía guardada y ahí no habían tocado nada", explicó el vecino.
Lo que extraña a todos es que en la casa contigua (la deshabitada) no hay nadie. Todos desaparecieron. La casa en cuestión, según otros testimonios, es utilizada por grupos que se reúnen en la noche aparentemente a beber o drogarse. "Eso sucede desde hace mucho tiempo", aseguran y expresan sus temores por la presencia continua de desconocidos en ese lugar.
En el sitio del crimen trabajó el personal de Policía Científica y la causa quedó radicada en el Segundo Juzgado de Instrucción a cargo de Pablo Peñasco.