San Martín y la fama de que allí “no se cumple la cuarentena”

Son las 11 de la mañana y un hombre, parado en el medio de la calle, espera a que un perro pase detrás de él y se saca una selfie. No es una calle cualquiera de San Martín: está en la esquina de 9 de Julio y Belgrano, lugar de tránsito intenso. En días normales le habría costado cruzar de una vereda a la otra. Ahora, puede jugar, con su barbijo como protección ante el pudor, a hacerse fotos en una ciudad casi sin tránsito a esa hora de un miércoles.

La acción muestra a las claras lo que pasa en el centro de esa ciudad del Este en tiempos de aislamiento social, dictado por el decreto nacional para disminuir el contagio de Covid-19 en todo el país.

Sin embargo, todo el departamento carga con una mala fama que dice que todos campan a sus anchas y la cuarentena no se cumple. Se dio pie a ello, es cierto: en los primeros días tras el 20 de marzo, San Martín se convirtió en el departamento con más imputaciones por violación de la cuarentena. Pero eso parece haber cambiado.

"Con el tiempo se ha ido mejorando la actitud. Si bien se ve mucha gente, pero también es una semana con más excepciones", reconoce el comisario inspector Roberto Acosta, a cargo de la Jefatura Distrital 3. Él mismo, en los primeros días, se decidió a grabar y difundir un video en el que pedía más conciencia y el cumplimiento del encierro. Las palabras parecen haber surtido efecto.

Una mirada de trazo grueso muestra que si se recorre durante las mañanas de los días hábiles en estos tiempos, el centro de San Martín muestra una actividad considerable. Muchos autos estacionados en las arterias principales y colas de gente en bancos, lugares de pago de impuestos o supermercados. Sin embargo, al enfocar la mirada se ve que las colas no superan a las 10 personas (excepto en los momentos de apertura de atención al público), que todos lucen sus barbijos y se mantiene la distancia. Luego de las 17, además, las calles parecen postales de un día feriado.

"Vine al centro para varios trámites. Soy de Buen Orden y allá no hay cajeros, ni tampoco reciben los mercaditos la tarjeta de débito", reconoce Alejandro Dalí (50), parado en la esquina de 25 de Mayo y Boulogne Sur Mer. Daniela Lobos (26) y Gabriela Moreno (25), quienes caminan por calle 9 de Julio, cuentan por qué salieron: "Venimos a hacer compras y vemos mucha gente, pero lo lógico para esta hora. Somos de Tres Porteñas y allá se puede pagar con débito, pero preferimos venir por una razón muy simple: allá sale el doble de caro".

“Ahora salí porque necesitaba arreglar los lentes, que hace un mes que los tengo rotos y no los puedo usar. Pero aprovecho y hago todo, para no salir por varios días”, explica, a su vez, Gladys Domínguez (57), parada frente a una óptica.

El intendente Raúl Rufeil, reconoce que se ve a mucha gente, pero dice que es lo normal. Y si hay de más, tiene un diagnóstico: “Hay un grupo de gente que sale en horario permitido a hacer lo que todos tenemos que hacer. Pero si se cargan las calles de más es porque viene mucha gente de los distritos. Y de eso la culpa lo tienen los bancos. Se han enriquecido siempre en todas las etapas de la Argentina, pero no son capaces de poner más cajeros, ni siquiera cajeros móviles, para que la gente de los distritos no se tenga que venir al centro a sacar plata”.