En setiembre de 2014, la comuna de San Martín puso en marcha un curioso proyecto gastronómico: anunció que acondicionaría dos viejos vagones de ferrocarril de los años 50, que el municipio había trasladado por esos días desde la estación de Capital, para convertirlos en un exótico restaurante. Una obra que debió estar lista durante el primer semestre de 2015, pero que por falta de recursos a esta altura apenas está iniciada.
"Trajeron los vagones para un restaurante que no se hizo y hoy los vecinos tenemos un problema grave, porque esos coches son ocupados por gente de la calle, por vándalos o por algunos que los usan de hotel alojamiento", dice Mario, vecino la zona y pide, como muchos otros, una solución: "O se llevan los vagones o terminan el trabajo que lleva meses parado".
La idea de convertir esas viejas máquinas ferroviarias en un restaurante fue del propio intendente Jorge Giménez, que en 2014 anunció la obra como parte de la remodelación del microcentro, un proyecto turístico más amplio y que le ha cambiado la cara a la ciudad.
"El concepto es generar pequeñas cosas para que la gente tenga motivos para venir a San Martín", dijo Giménez, en la mañana del 1° de setiembre de 2014, mientras dos enormes grúas montaban los coches ferroviarios en su nuevo destino sanmartiniano.
En un gran operativo vial y logístico, los vagones de 26 metros fueron primero desmontados y trasladados en camiones desde la estación de Capital y con la ayuda de potentes grúas, las carrocerías fueron ensambladas en un sector del parque Sarmiento (entre Balcarce y Viamonte), a una cuadra del municipio y a espaldas del canal de riego que atraviesa toda la ciudad de San Martín.
Al poco tiempo comenzaron los trabajos para quitar el óxido de las máquinas, acondicionar los pisos y también las tareas sobre el canal de riego, para simular allí una estación de tren, donde en realidad funcionará la cocina del complejo.
Sin embargo, la reparación de los vagones quedó inconclusa; hoy la obra está parada y con el agravante de la inseguridad que denuncian los vecinos.
El concejal radical Mauricio Petri realizó por estos días un pedido de informe, para conocer los detalles de la obra. "Es un despropósito dejar todo a mitad de camino porque nos genera un problema de inseguridad y también una contaminación visual, con dos chatarras del ferrocarril que más que un restaurante parecen un monumento a los trenes de (Ricardo) Jaime", dijo Petri y cuestionó la idea de acondicionar vagones para luego concesionar el restaurante a un privado: "¿El municipio hace el gasto y un particular saca provecho? No me parece, la comuna no está para generar obras que explote un particular".
Desde el municipio defendieron el proyecto y negaron que la idea haya sido cancelada: "La obra está parada como lo está la mayoría de los trabajos; es un problema de todas las comunas que esperan plata de la nación que no llega", explicó Edgardo Gargiulo, secretario de Obras y siguió: "La información que tenemos es que las obras iniciadas en estos años van a continuar con nuevos fondos nacionales a partir de julio. En el caso de los trenes hay una alternativa que estamos estudiando y es buscar sumar a un privado con capital para terminar los trabajos, a cambio de darle la concesión del restaurante por un determinado tiempo. En cualquier caso, creemos que a partir del segundo semestre vamos a retomar ritmo de trabajo en esa y en el resto de las obras".
Para evitar que los vagones sean usados durante la noche, la comuna anunció que en unos 20 días los cerrará con tela metálica: "No queremos que sean motivo de inseguridad y hasta que se retome el trabajo vamos a cerrarlos".
