El Concejo Deliberante de San Martín aprobó -en medio de una sesión caliente- una ordenanza que prohíbe la apertura de cementerios parque durante los próximos cinco años, tiempo en el que una comisión deberá determinar cuáles son las mejores tierras para habilitar un camposanto que no contamine las napas freáticas.
La determinación es en realidad el corolario de un polémico proyecto para abrir el primero de ellos, que comenzó a tratarse en 2010, cuando el Concejo Deliberante declaró de interés la necesidad de que San Martín contara con un cementerio parque.
Aquella declaración surgió en realidad a partir de un proyecto que presentó la empresa La Tola SA, que pretende abrir un cementerio parque en Montecaseros. La iniciativa fue resistida por ediles radicales y por un grupo de vecinos, que a fines de 2013 se presentaron a la sesión del Concejo donde se trataba el pliego de licitación para ese nuevo cementerio.
En medio de una sesión escandalosa, en la que el edil radical Omar Abdo fue acusado por el propietario de La Tola de tener intereses particulares para oponerse al camposanto, los vecinos lograron frenar su aprobación. “Nuestra principal preocupación es el agua porque en esa zona el nivel de la napa freática está a menos de dos metros. Por más que digan que los cadáveres no contaminan, una fosa a 3,2 metros indica que los cuerpos se van a descomponer en el agua, por más pileta que hagan, porque nada aguanta la salinidad por mucho tiempo”, aseguró en ese momento uno de los vecinos.
Efectivamente, un informe de Irrigación mencionaba que las napas en esa zona están muy arriba, aunque otro de una universidad privada señalaba que, cumpliendo ciertas medidas, es posible abrir el cementerio sin contaminar el agua.
Ahora, casi un año después, volvió a tratarse aquel proyecto de cementerio parque y ante la posibilidad de reflotar el escándalo, el oficialismo buscó una variante y aprobó una ordenanza con la que prohíbe nuevos cementerios por cinco años, al tiempo que pide crear una comisión para determinar qué zona es la adecuada, sin peligro de contaminación de aguas.
La norma puede leerse como una decisión salomónica en la que el municipio atiende por un lado el reclamo de los vecinos de Montecaseros, aunque al mismo tiempo deja en suspenso el proyecto de La Tola, ya que no fue rechazado.
“El municipio no puede rechazar el proyecto de Montecaseros, porque la empresa podría hacernos juicio y ganarlo -señalaron desde el oficialismo-. Hay un informe de impacto ambiental de una universidad que dice que siguiendo ciertas medidas, no hay allí riesgo de contaminación y no podemos prejuzgar y suponer que la empresa no vaya a cumplirlos”. De todos modos, ahora el municipio pretende un nuevo informe de organismos estatales sobre las napas de todo el departamento: “El que existe no está actualizado”, señalaron.
El concejal Abdo se mostró en desacuerdo con lo aprobado y señaló que al proyecto de Montecaseros había que rechazarlo. “Allí las aguas subterráneas están muy arriba y no hace falta un nuevo informe sobre las napas porque ya existe. Incluso hay técnicos municipales que han señalado dónde se puede abrir un cementerio: la zona de El Ramblón, por ejemplo”.