A pocas horas del inicio de la veda que prohíbe a partir del sábado inaugurar de obras en los departamentos que adelantan sus elecciones, el gobernador Alfredo Cornejo estuvo en San Martín, donde busca destronar al peronismo que gobiena desde hace cuatro periodos y dejó habilitada una obra hídrica por casi mil millones de pesos que beneficia a unas 29.000 hectáreas de cultivos de ese departamento y Lavalle.
Sin hablar de política con los medios pero acompañado en todo momento por el precandidato a vice del radicalismo, Mario Abed, por el candidato a intendente de San Martín, Raúl Rufeil y por su preferido para la interna de Lavalle, el diputado Jorge López, el acto tuvo su inocultable cuota de campaña política, cuando solo faltan un par de días hasta el sábado, último plazo para inaugurar obras en San Martín, Lavalle, Tunuyán y San Rafael, departamentos peronistas que irán a las PASO el próximo domingo 28.
"En tiempos de populismo esta obra se hubiese dejado para otro momento, porque es muy cara y no rinde en votos", soltó Cornejo en tono proselitista durante su discurso: "Por el contrario, nosotros creímos que había que avanzar y terminarla porque es una de las principales obras para la optimización del riego en toda la Provincia", dijo y profundizó: "Estas obras van permitir sostener nuestros cultivos y hacerlos rentables, en medio de una cambio climático que ha venido para quedarse".
Los trabajos benefician 29.000 hectáreas de cultivos e implicaron la impermeabilización del 5º y 6º tramo del canal San Martín, que riega todo el norte del departamento y zonas de Lavalle. En total, son casi 110 kilómetros de canales secundarios e hijuelas, más otros 16 de entubamiento, para los tramos donde el canal atraviesa zonas urbanas o suelos malos.
Pero además y debido al cambio climático, la impermeabilización de los canales no alcanza hoy para garantizar agua en los cultivos y por eso, ya en tiempos de Francisco Pérez, Irrigación comenzó a construir tres enromes reservorios de agua, de 40 hectáreas y capacidad para un millón de metros cúbicos, una estructura que redefine el sistema de riego en la zona y que también quedó listo.
"El esquema que se pensó en el siglo XIX para Mendoza y que funcionó durante más de 100 años, necesita ser mejorado para evitar pérdidas de cultivos por falta de agua. Por eso es que con los grandes reservorios se apunta a almacenarla cuando no se ocupa y a entregarla según la demanda", señaló Sergio Marinelli, titular de Irrigación.
El intendente de San Martín, Jorge GImenez, seguramente con agenda en otro lugar no asistió y en su lugar concurrió su secretario de Gobierno, Oscar González. Algún funcionario provincial de segunda línea bromeó con que Gimenez "ya tuvo su cuota de acto radical con la ampliación del Perrupato" y que "su humor difícilmente resista dos actos semejantes en menos de15 días".
La obra inaugurada tuvo un costo de $ 916 millones financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el gobernador que mantuvo con la prensa su decisión lanzada en San Rafael hace un par de días de" no hablar de temas nacionales", estuvo también acompañado por Marinelli y por el secretario de Gobierno de Agroindustria de la Nación, Luis Miguel Etcheveher, quien destacó la importancia de este tipo de obras: "Es una cuenta corriente en agua, es decir que el productor la usa cuando la necesita. Se trata de un cambio cultural tremendo a la hora de regar cultivos".
La obra
"Según la zona, los turnos de riego son cada 15 o 20 días, con un caudal que merma mientras más nos alejamos del dique Cipolletti que es el que larga el agua", explicó un productor del este mendocino. Así, la idea es que a partir de estos reservorios el productor cuente con un caudal estable y entre turnos.
Los reservorios permitirán avanzar en el cultivo de hortalizas, que precisan un riego más continuo que el de la vid y que hoy es posible solamente gracias al uso de agua de pozo (subterránea).
La obra en su conjunto beneficia en San Martín, a productores de Tres Porteñas, El Divisadero y El Central; en Lavalle, a cultivos de Gustavo André y Costa de Araujo. Los productores beneficiados pagan el 60% de la obra a valores estables y en un plazo de 25 años.