El entrenador de San Lorenzo, Edgardo Bauza, encabezó hoy la avanzada de la delegación que viajó a Roma para ofrendarle al Papa Francisco la Copa Libertadores que el equipo ganó la semana pasada.
Francisco, el hincha azulgrana más célebre en el mundo, recibirá a la delegación el miércoles por la mañana.
Bauzá viajó junto a los futbolistas Julio Buffarini y Juan Mercier y al manager Bernardo Romeo, y mañana lo harán en vuelo privado el presidente Matías Lammens y el vice, el conductor televisivo Marcelo Tinelli, llevando la Copa ganada.
La delegación pegará la vuelta el jueves y entrenador y futbolistas se sumarán el viernes a los entrenamientos, que mañana retomará el resto del plantel en la Ciudad Deportiva.
"Estoy feliz por este viaje. Como católico hay que agradecerle porque mucha gente volvió a creer en la Iglesia gracias a él, por su mensaje de paz y de unión, indudablemente ha traído un contagio a nivel mundial", sostuvo Bauza antes de embarcar en el aeropuerto de Ezeiza.
Bauzá dijo tener "mucha bronca" porque no pudo viajar con su familia por una otitis que sufrió anoche.
"Tendremos que ganar otra copa", bromeó Bauza, quien aseguró que lleva "18 pedidos" de bendición.
Pese a que la Copa Libertadores era una obsesión para todo hincha de San Lorenzo por lo cual Bauza ya está en la historia del club, el entrenador no se situó en ningún pedestal.
"Soy el mismo técnico que empezó la Copa. NO creo que sea mejor técnico porque la haya ganado", aseguró.
Ya dejó atrás la Copa y mira el torneo: "así como se dijo que nos iban a tener que matar para sacarnos la Copa, nos vamos a matar por hacer un gran torneo".
Justamente San Lorenzo cayó ante Racing 2-0 ayer en el debut del conjunto azulgrana en el certamen de primera división.