¡Cuánto cambió el panorama de San Lorenzo en la Libertadores en apenas ocho días! De una eliminación casi sellada a tener el destino en sus manos y a apenas una victoria de poner los pies en los octavos. El conjunto dirigido por Diego Aguirre derrotó 3-0 como visitante a Atlético Paranaense y se jugará la clasificación en el grupo 4 dentro de dos semanas, ante Flamengo.
El triunfo sobre la hora de la semana pasada ante Universidad Católica le había devuelto la vitalidad al Ciclón, aunque esa éxito sólo tendría sentido si la ratificaba sobre el césped sintético del Arena da Baixada de Curitiba.
En un escenario candente por el grito constante de los más de 40.000 simpatizantes, San Lorenzo se hizo fuerte en el inicio y sacó ventaja a partir de una jugada de pizarrón nacida de un córner ejecutado por Rojas desde la derecha: combinaron Belluschi, Mussis y Rojas, el juvenil tiró el centro y Díaz, en el segundo palo, sometió a Weverton con un potente cabezazo.
En ventaja, la visita se replegó y cedió el control del balón. Pero Paranaense, que llegaba a este duelo como líder de un grupo complicado y con buenas credenciales por sus victorias ante San Lorenzo en Buenos Aires y frente a Flamengo como local, mostró una imagen desdibujada, fue incapaz de generar una llegada de riesgo en la etapa inicial y se fue al vestuario silbado por su público.
Para el ST, el DT Paulo Autuori intentó sacudir el avispero con los ingresos de Pablo y Felipe Gedoz. Sin bien su equipo controló la pelota, no tuvo profundidad y apenas asustó con un bombazo de Sidcley que pegó en la cara externa de la red y un intento desde afuera de Nikao que salió cerca del poste izquierdo.
Paciente, el Ciclón bancó ese chubasco inicial, esperó su momento para dar la estocada y pegó a los 22 minutos, con una maniobra rápida que terminó con un centro de Belluschi y otro cabezazo, esta vez de Nicolás Blandi, que dejó sin asunto a Weverton.
El impacto encaminó el partido, porque el local, ya muy lejos de la recuperación, siguió empujando con todas sus limitaciones a cuestas, pero chocó una y otra vez contra una defensa muy sólida, con Marcos Angeleri y Matías Caruzzo como pilares.
Sin sobresaltos, el Ciclón voló a velocidad crucero a la victoria, que selló con el gol de Botta en tiempo agregado.
