El 24 de junio es una fecha marcada a rojo fuego en muchas localidades españolas. Esta vez tomaremos las hogueras de San Juan, en La Coruña. Rodeada de mar, escondida en el noroeste español, en la comunidad de Galicia esperan la noche del 23 al 24 para tirar todo a las llamas. En verdad toda la semana hay jolgorio, juntada en las calles, en bares y hogares, conciertos, cabalgatas, espectáculos para grandes y chicos. La gastronomía también se vuelve excusa y todo es fiesta.
El rito del culto al sol espera hasta la 00, en la noche más corta y la más intensa del año, cuando el solsticio de verano da rienda suelta a tantas esperanzas, porque los deseos también se piden cuando sale la luna.
Pero antes, mucho antes, los preparativos arrancan en el mercado, se buscan los pescados más frescos que llegan de la lonja, en especial la sardina, manjar dilecto de la jornada.
Luego con canastas, mantas, sillas y mesas la gente se dirige a Orzán y Riazor, las dos playas principales de la ciudad, situadas en pleno centro. En grupos de amigos, familias o parejas los pic nics se multiplican y todos arrancan con sus fogatas en toda la costa, incluso en las playas alejadas. Las hogueras también alcanzan barrios, casas y restaurantes, pues es la noche de San Juan.
Tan pronto el reloj marca las doce en punto la Meiga Mayor, joven que representa a la sociedad coruñesa, enciende la hoguera Principal y en cada rincón de la ciudad el fuego se propaga en las mini fogatas. Dicen que sólo en las playas se encienden más de 100 mil, con el telón de los fuegos artificiales y de los brindis, música, risas, alegría, magia…
Hierbitas buenas
Tan sólo hay que dejar el ramillete de hierbas (elaborado con artemisas, helechos, malvarrosas, malvaviscos, oréganos, verbenas y rosas silvestres) en agua durante la noche, al rocío de la madrugada de San Juan y a la mañana siguiente lavarse la cara con esa agua aromatizada. Con ello todos los males se retiran, las penurias se ahuyentan, la tristeza se va.
Fiestas juninas
Por estos días, además de Mundial, hay muchas fiestas populares en territorio brasileño. Las Juninas son una de las más famosas y se extienden desde el último día de mayo y durante todo junio. Los magníficos parajes del Nordeste acaparan las celebraciones en honor de tres santos católicos: el 13 de junio -fiesta de San Antonio-, continuando el 24 de junio -fiesta de San Juan- y finaliza el 29 de junio -fiesta de San Pedro-. En ellas como en tantas otras cuestiones culturales o cotidianas, lo pagano supera lo religioso.
La Festa de Sao Joao es la más importante, en particular en las localidades de Caruaru y Gravatá a unos 130 y 80 kilómetros al Oeste de Recife, respectivamente (Estado de Pernambuco) y Campina Grande (Estado de Paraibá). Fuego y más fuego para acabar con lo viejo y dar paso a las ilusiones. Baile y canto de la mano del forró, esa danza tradicional que hace mover las caderas, tomarse de la mano y cantar a coro los éxitos populares.
Para la noche de San Juan se ven las denominadas bandas de Pifanos y los desfiles de cuadrillas de Bacamarteiros, que bailan y disparan al aire tiros desde sus Bacamartes, una especie de carabinas. Los tiros son al cielo, no hay ningún tipo de violencia ni de tragedia, ya lo canta Gal Costa, nadie muere en la noche de San Juan.