Con una misa oficiada anoche por el vicario Daniel Manresa (en reemplazo del arzobispo Carlos María Franzini), la presencia del gobernador Francisco Pérez y una multitudinaria procesión en honor a San Cayetano, culminó una jornada en la que decenas de miles de personas peregrinaron desde distintos puntos de la zona Este hacia el tradicional santuario de San Cayetano en el Molino Orfila, al oeste de Junín, para pedir pan y trabajo o para agradecer por lo que se tiene.
Otra multitud hizo lo propio hacia al templo de San Cayetano en el barrio Bancario de Godoy Cruz, donde se notaron sobre todo los pedidos de trabajo.
En el Este, la larga jornada de fe en honor al santo arrancó a la medianoche con la primera de las misas, la de “los trabajadores”, que se oficia pensando en aquellos que no podrán venir durante el día.
“Hubo mucha gente, algo más de mil personas y por eso es que montamos una enorme carpa en la puerta de la iglesia para cobijar del frío a los que no pudieron entrar”, comentó el padre Marcelo Castro y siguió: “Allí pedimos por la paz, por la salud, por la seguridad y por el trabajo”.
El resto de las misas se realizó entre las 7 y las 18 con intervalos de una hora y media, hasta que a las 20 llegó el momento del festejo central, que no pudo presidir Franzini porque estaba engripado.
Luego fue la hora de la procesión por las calles y viñedos de Orfila, que reunió a miles de personas en una larga columna de antorchas y velas que marchó detrás de la imagen de San Cayetano y que marcó el cierre de la celebración.
Durante el día, el grueso de la gente concurrió al santuario en horas de la siesta; algunos llegaron en vehículos (que debieron estacionar a casi un kilómetro), otros en bicicletas, también hubo líneas de colectivos que traían vecinos de los distritos cercanos y muchos llegaron simplemente caminando varios kilómetros.
“Yo estoy detrás de un trabajo y espero que se me dé, por eso vengo a pedirle al santo”, contó Rubén Triaca (38), que llegó al santuario durante la tarde; un poco más adelante, Rosa (53) explicó que iba a San Cayetano a “agradecer la salud, el trabajo y a pedir que los mendocinos vivamos un poco mejor, sin tantos robos”.
Desde temprano y durante toda la jornada hubo en los parques del santuario casi una veintena de sacerdotes y seminaristas escuchando a los fieles: “Lo que más pide la gente es trabajo y aquel que lo tiene quiere vivir más tranquilo”, resumió José, uno de los seminaristas, luego de haber escuchado a decenas de fieles.
También hubo donaciones, centenares de kilos de ropa y comida que la gente arrimó hasta el santuario de Junín y que los voluntarios de la Iglesia fueron clasificando y almacenando en una habitación. En los próximos días, esa mercadería será repartida entre las doce parroquias del Este.
“La gente pide más que otros años, ya sea por salud, por trabajo, por una casa y por seguridad; claro que mucha gente viene a agradecer pero se nota la crisis y el temor a perder lo que se tiene más que en otros años”, explicó el padre Marcelo.
Más tranquilo en Godoy Cruz
Agradecer por el trabajo y la salud de la familia, y pedir para que se conserven las fuentes laborales eran las intenciones compartidas por los fieles que acudieron al templo del barrio Bancario.
También manifestaron su preocupación por la situación económica del país y por las muertes de niños en la Franja de Gaza.
Si bien la plaza estuvo colmada de personas para la misa de las 16, los efectivos policiales aseguraron que la concurrencia a la procesión fue un poco menor que años anteriores.
Lita Laporte, colaboradora de Cáritas, comentó que durante la mañana el movimiento fue lento, pero por la tarde comenzó a activarse. Sobre todo cerca de las 15.30, cuando dio inicio la procesión por las calles del barrio, y para las 16, momento en que se celebró la misa en la plaza cercana.
Lita reconoció que, a diferencia de otros años, las donaciones -de ropa, alimentos y juguetes- habían sido de un volumen bastante menor y lo atribuyó a la situación económica.
También indicó que le sorprendió la cantidad de hombres que había concurrido a la misa, mayor de lo habitual, que supone se debe a pedidos de trabajo.
Antonella Barbera, Rocío Oliva, Eliana Arce y Belén Martín llevaban cada una su espiga con la estampita de San Cayetano y contaron que son de Las Heras y era la primera vez que iban al templo en Godoy Cruz.
Las jóvenes señalaron que todas están buscando empleo y Antonella agregó que tiene una nena, por lo que esto se le complica aún más.
Florencia Ruiz y Fabiola Ginestar son docentes en un jardín maternal y explicaron que algunos años van a pedir y otros, como este, a agradecer, por las fuentes de trabajo propias y de sus familias.Pero Fabiola agregó que también iban a rezar por los chicos con hambre que ven en ciertos barrios.
Gustavo Mantovan, por último, fue con su esposa e hija a agradecer lo que tiene y a pedir por la situación económica del país: “Hay que pelearla”, reconoció.