Originalmente, esta publicación iba a hacerse eco del reclamo y la angustia de los vecinos de Cápiz, en San Carlos, que llevan cerca de 10 años reclamando una solución real a su problema aluvional. En ella, confesaban el temor que sienten cada vez que se ‘encapota’ el cielo y se quejaban de las ya incontables veces que han tenido que contemplar impotentes cómo el agua del arroyo seco Divisadero Negro les destruye calles, casas y con qué fiereza se lleva sus animales, sus pertenencias y sus cosechas completas.
Todo esto que se buscaba evitar -y más- ocurrió la noche del jueves. En la mañana de ayer, vecinos del barrio y del poblado histórico de Cápiz cortaron la calle Baños (que se había convertido literalmente en un río), dispuestos a no levantar la medida hasta que se presentara en el lugar el propio ministro de Economía, Infraestructura y Energía, Enrique Vaquié.
Finalmente, cerca del mediodía accedieron ante la comuna, pero volverán a cortar esta vía en quince días “si no aparece el ministro”. Esto preocupa a los municipios del Valle de Uco porque es el único camino de ingreso para los camiones que van al Coince, la planta de residuos domiciliarios de la región.
Sucede que los pobladores de Cápiz llevan años golpeando puertas, presentando notas y apostando a la vía diplomática pero “ya no más, no nos sentaremos a esperar que muera alguien para que reaccionen”, dijeron. Exigen que Hidráulica encare la obra aluvional necesaria para evitar futuros desastres, la misma que supo prometer el Gobierno años atrás.
“Con cada tormenta el daño es mayor y afecta a mayor número de habitantes aguas abajo”, resumió Carlos Arriagada, director de Medio Ambiente de San Carlos. Las fuertes lluvias de la noche del jueves inundaron las casas de unas 40 familias, siete de las cuales quedaron muy comprometidas en su estructura. Muchos vecinos perdieron sus pertenencias, electrodomésticos y varios han denunciado que tienen los pozos sépticos colapsados.
Además, la correntada rompió o desdibujó calles del paraje, dejando a muchas familias completamente aisladas. “Tenemos que esperar que baje el agua, para ver la manera de asistir a siete familias que nos han pedido ayuda. El terreno ha cedido tanto, que ni ellos se animan a salir a caballo”, apuntó Leonardo Martínez, titular de Defensa Civil de San Carlos.
A este panorama desolador se suman las pérdidas económicas. Algunos productores hortícolas -en su mayoría de origen boliviano- perdieron hectáreas y hectáreas de zanahoria y ajo. No fue sólo el que estaba sembrado. El agua se llevó el que habían cosechado y estaban por trasladar.
“Ya van cuatro años que me lleva la cosecha completa; no obtengo ni un centavo. Pero el gobierno sólo tiene subsidio para los que sufren por el granizo o heladas. Eso sí yo tengo que pagar mis impuestos”, se quejó con la voz cortada por las lágrimas, Fabián Socaño. Sólo un bordo de tierra divide el arroyo seco de su tierra y, ante tanta impotencia, a él sólo le cabe agradecer que el agua que traspasa ese límite no se haya llevado a ninguno de los muchos niños, hijos de obreros, que viven en la zona.
La última creciente a principios de año abrió un enorme hueco que comió la mitad de la calle El Baden. Esta vía de tierra quedó reducida a la mitad y hacia abajo se abre un barranco que expone una altura no menor de siete metros. Pese al peligro evidente y al terreno que cede, hay vecinos que siguen pasando por allí, porque es el único acceso viable que tienen. “Para evitar accidentes, prohibimos el paso con carteles y barandas. Pese a ello la gente pasa igual”, dijo Enrique Cecchi, de Vialidad provincial.
Ayer, la misma calle amaneció con un nuevo ‘agujero’, pero en otro sector del camino, con lo cual quedaron nuevas familias totalmente aisladas en distintos sectores de Cápiz.
Por la tarde, los vecinos mantuvieron una reunión con Arriagada, por el municipio; Cecchi de Vialidad, Marcelo Alonso -referente de Irrigación en Valle de Uco- y el ingeniero Juan Carlos Seia de Hidráulica. Entre todos acordaron conformar una comisión técnica que se empezará a trabajar esta semana en arreglar calles y reparar sectores anegados. Pero la solución real, la obra esperada, aún no tiene plazo de concreción.
“Ya estamos cansados de que vengan prometan, nos muestren proyectos y no pase nada. Aquí Hidráulica tiene que responder y volver el cauce a su lecho histórico. Si no, seguiremos sufriendo desastres”, expuso don José Bandiera, dueño de una enorme pila de expedientes y notas con los que recorrió todas las oficinas del Estado en los últimos años. De esta manera, logró que un gran número de legisladores hicieran en 2014 un recorrido por el lugar y de la visita resultó un acta de compromiso, que aún no da frutos.