Pocas cosas identifican tanto a Brasil como ese ritmo, importado a sus costas por esclavos africanos y encumbrado a la categoría de emblema nacional en Río de Janeiro, la ciudad más universal del gigante sudamericano.
El samba, el género musical convertido en la banda sonora brasileña por excelencia, celebra mañana oficialmente su centésimo aniversario.
"El jefe de la policía / me manda avisar por teléfono / que en la Carioca / hay una ruleta en marcha", rezan las primeras estrofas de la canción "Pelo telefone", celebrada como la primera grabación de samba de Brasil.
Según los documentos guardados en la Biblioteca Nacional, fueron el compositor Ernesto dos Santos, conocido como "Donga", y el periodista Mauro de Almeida, los que llevaron en 1916 al papel las estrofas de la canción en una casa de la céntrica Plaza Onze en Río.
"Pelo telefone" fue registrada como la primera composición brasileña de samba el 27 de noviembre de ese año.
Mientras su autoría es hasta hoy de tiempo en tiempo objeto de discusión, su letra parece describir aún a la perfección el sentir del samba tal y como evolucionó en Río a partir de las danzas africanas originales: una fiesta callejera, también contra todas las adversidades.
El samba es una fusión de numerosos ritmos y también punto de partida de varios subgéneros, algunos de igual fama mundial, como la bossa nova.
Las melodías sensuales son además casi una seña de identidad exclusiva de Brasil, uno de los pocos países de América Latina, como festejan algunas lenguas mordaces, donde no se oyen salsa ni reggaetón, sino en el que el samba es la reina.
“Es nuestro mito fundacional, el alma carioca", dice el catedrático universitario Joao Baptista Ferreira, especializado desde hace 14 años en explorar los lugares en los que se forjó la historia de Río.
Los puntos de encuentro del samba, tanto del pasado como del presente, son algunos de esos lugares.
Uno de ellos es la Pedra do Sal, una escalera incrustada entre las viejas casas del barrio de Saúde en el centro de Río, encrucijada para la llegada de los esclavos en el siglo XVII y el nacimiento del samba carioca.
Como muchos otros géneros musicales, también el samba, que desembarcó sobre todo en las costas del noreste brasileño y de Río de Janeiro, más al sur, era menospreciado en un comienzo por sus raíces pobres.
En la Pedra do Sal trabajaban siglos atrás los esclavos que descargaban los costales de sal del vecino puerto de la ciudad colonial para transportarlos hasta el mercado.
La pequeña plaza al pie de la escalera sigue siendo hoy un símbolo de la cultura negra: cada lunes y viernes los dueños de un restaurante vecino, la Bodega de la Sal, organizan una fiesta de samba al aire libre, que atrae a cientos de curiosos y turistas.
La influencia del samba se extiende por toda la cultura musical brasileña. Las escuelas del famoso Carnaval de Río celebran cada año una variante de tambores, la samba-enredo, con coloridos desfiles por la ciudad y un apoteósico fin de fiesta en el Sambódromo.
Del samba clásico, la melodía que causó furor en el mundo a partir de los años 60, partió también un estilo salpicado de elementos de jazz y reggae, amasado frente las playas de las clases blancas más acomodadas de Ipanema: la bossa nova.
Frente a ese mar nació uno de los temas legendarios de ese otro gran ritmo brasileño: "Garota de Ipanema" ("La chica de Ipanema").
Dos íconos de la cultura carioca, el músico Tom Jobim y el poeta Vinicius de Moraes, lo compusieron en un bar del famoso barrio de Río, desde el que veían pasar todos los días a una bella joven rubia cuando iba a bañarse a la playa.
A sus 71 años, Helo Pinheiro sigue siendo conocida hasta hoy en Brasil como la musa que inspiró la célebre canción escrita en 1962.
Del samba nacieron en décadas pasadas también el pagode o, más recientemente, samba-funk y samba-rock. Para celebrar el nacimiento del ritmo más brasileño, Río organiza desde hace semanas y hasta finales de noviembre, varios conciertos y exposiciones.
Aunque, en las calles cariocas, la fiesta del samba se vive en realidad permanentemente en bares y esquinas, como la Pedra do Sal.