¡Sálvese quien pueda! - Por Néstor Sampirisi

¡Sálvese quien pueda! - Por Néstor Sampirisi
¡Sálvese quien pueda! - Por Néstor Sampirisi

Supuestas verdades acuñadas en el origen del PJ se hicieron cultura y trascendieron al peronismo para transformarse casi en sentido común de los argentinos. Una que funcionaría como eje de conducta política reza: "primero la Patria, después el movimiento y por último los hombres". Pero los tiempos cambian y ciertas verdades o no son tan verdaderas o entran en desuso.

La imposibilidad de reelección del Gobernador hizo que surgiera una variante "a la mendocina" del tradicional líder carismático tan usual en nuestros partidos políticos: los "caciques departamentales". Los intendentes no tenían esa restricción y así, buena parte, se transformaron en verdaderos patrones de sus territorios. Hay quienes se reeligieron casi indefinidamente y otros que hicieron del cargo una cuestión de familia.

Ambas situaciones se repitieron sobre todo en el PJ, pero también en la UCR  y el PD.
La limitación de estas reelecciones se transformó en un pedido cada vez más extendido y en una declamación muy habitual de los políticos mendocinos. En las palabras todos estaban de acuerdo pero, en los hechos, nada cambiaba. Hasta que el gobernador Alfredo Cornejo sorprendió echando mano a un recurso que había quedado olvidado en el cajón de algún escritorio de la Casa de Gobierno desde hace once años.

A mitad de camino entre una maniobra política oportunista y hacer lugar a un reclamo "de la gente", el miércoles 21 de noviembre promulgó una enmienda del artículo 198 de la Constitución Provincial de tiempos de Celso Jaque, que Francisco Pérez había pasado por alto. De un día para otro, los intendentes que parecían atornillados a sus sillones se desayunaron con que esta vez no podrían. Se terminaba la posibilidad de la reelección indefinida y se la limitaba a un solo período extra. A menos de que desataran una tormenta judicial y que la Justicia les diera la razón.

La reacción de los "afectados" justicialistas fue rápida. Tanto que unos días después se supo que el intendente de San Rafael, Emir Félix (llegará a diez años como mandatario y sucedió a su hermano Omar), había firmado una resolución desdoblando las elecciones en su departamento. Con un dato que da para la suspicacia: estaba fechada el martes 20 de noviembre, el día anterior a la decisión de  Cornejo. Un visionario el sureño.

A esta altura, los otros "afectados" ya hicieron lo suyo. Así, en San Martín (Jorge Giménez, cumplirá 16 años en el poder), Tunuyán (Martín Aveiro, con 8 años en el sillón comunal) y Lavalle (Roberto Righi, lleva 18 años al frente del Municipio) también habrá elecciones desdobladas. Con un detalle: sólo convocaron a primarias (PASO) para el 28 de abril. ¿Especulaban con hacer la general junto con la provincial? La respuesta a esta pregunta la daba el propio presidente del PJ, Guillermo Carmona: justificaba el desdoblamiento como parte de la autonomía municipal aunque advertía que quería que todos fueran juntos en la General. La Junta  Electoral acaba de derrumbar esa estrategia: si desdoblan las primarias municipales, también deben desdoblar la general. Por las dudas, sobre el filo del plazo legal, los cuatro "caciques" del PJ ya habían presentado ante la Suprema Corte de Justicia un recurso de inconstitucionalidad contra el decreto de Cornejo con la ilusión de que los jueces les permitan  ir por otra reelección.

En cambio, los hermanos Adolfo y Alejandro Bermejo que mandan en Maipú desde 1997, ni desdoblaron, ni irán por otro período. Por su parte, el radical Mario Abed que llegará a 16 años en Junín y el "demócrata" Jorge Difonso, que acumulará 12 años en San Carlos, se mantendrían en sintonía con el Gobernador sin insistir con reclamos reeleccionistas. Los hermanos Sergio y Gustavo Pinto (UCR), que se repartieron el poder en La Paz entre 1995 y abril de 2018, ya se habían anticipado y en el último recambio legislativo cedieron el sillón comunal a un hombre de su confianza.

De este modo, el escenario electoral configurado para el año que se inicia suena agotador. Los vecinos de estos departamentos y los de otros que podrían desdoblar (seguramente San Carlos) votarían entre seis y siete veces. Dos para elegir cargos municipales, dos para provinciales (por una ley que impulsó Cornejo, en abril de 2017 se dispuso el desdoblamiento del comicio provincial del nacional) y dos para cargos nacionales. El séptimo episodio en las urnas sería el balotaje. Donde no se desdoblen las municipales, en tanto, se votaría entre cuatro y cinco veces. Todo en un lapso de ocho meses, es decir, a razón de casi una elección por mes.

Nuestros casos parecen menores si se los compara con el de Gildo Insfran, que lleva 23 años como gobernador de Formosa o el de dinastías familiares que han gobernado provincias como Santa Cruz (los Kirchner están por si o mediante "delegados" desde 1991) y San Luis (los Rodríguez Saá se reparten la gobernación desde 1983).

El sociólogo Carlos Altamirano, autor junto con el historiador Adrián Gorelik del libro de ensayos "La Argentina como problema. Temas, visiones y pasiones del siglo XX", señala que "más que las ideas, prevalece el interés personal por el ejercicio del poder" como una de las razones por las que nuestro país no logra establecer acuerdos que ayuden a encontrar un rumbo de salida a la crisis en la que nos hundimos desde hace décadas.

Una forma académica de explicar esta realidad que ha trastocado aquella "verdad" de la Patria, el movimiento y los hombres. En la nueva secuencia nada es más importante que los hombres. Los políticos pasaron de aquel "que se vayan todos" de principios de siglo a este "sálvese quien pueda". De la Patria, ni señales.

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