Maxi Salgado - Editor de Más Deportes msalgado@losandes.com.ar - Twitter: @maxisalgado
Hace un tiempo me enteré que la Confederación Argentina de Patín no le permitía a los niños menores de 8 años poder competir a nivel nacional y, la verdad, al principio me pareció discriminatorio. Pero con el correr de las horas y viendo los acontecimientos que se van sucediendo en el mundo, la verdad que se entiende que cuidar a los niños está siendo fundamental en estas épocas.
Con apenas nueve años, el hijo menor del ex futbolista holandés Patrick Kluivert, fue la gran noticia de la semana al firmar un contrato de patrocinio con Nike."Muy orgulloso de firmar mi primer contrato con Nike", escribió Shane Kluivert en su cuenta de Instagram tras sellar un acuerdo de cinco años con la marca deportiva estadounidense.
El niño tiene apenas 9 años y además de ser considerado un gran talento que actualmente juega en las divisiones menores del París Saint-Germain (PSG), cuenta con una legión de seguidores en sus redes sociales que asciende a 128.000 en su cuenta de Instagram -administrada por su hermano- y a 32.000 suscriptores en su canal de Youtube, dónde las visitas se disparan cuando sale en escena haciendo la compra o cocinando.
Aquel que crea que Nike hace una osada apuesta a futuro peca de ingenuo. Lo que está haciendo la firma norteamericana es una buena jugada de marketing. Porque hoy habrá miles de niños tratando de hacer lo mismo que Kluivert y ese segmento de edad es donde va apuntada la acción.
Una inteligente manera de contrarrestar la decisión de su archivo al Adidas que hace unas semanas anunció que no haría más publicidad en televisión y apuntaría todos los cañones a las redes sociales en busca de los Millenians (para muchos la generación malcriada que quiere cambiar el mundo).
“Está claro que el consumidor más joven interacciona con nosotros a través de las nuevas plataformas y dispositivos móviles. No tiene mucho sentido intentar atraer su atención a través de medios como la televisión. Nuestra estrategia por lo digital va a llevarnos a que, poco a poco, vaya siendo cada vez más complicado ver un anuncio de Adidas en televisión.", señaló Kasper Rorsted, consejero delegado que aseguró que quieren cuadruplicar las ventas digitales en tan sólo dos años.
Y acá está el peligro. Definitivamente a esos niños se les está robando la infancia, se le está negando la posibilidad de jugar, algo fundamental para el desarrollo humano. Por eso bienvenidas las disciplinas que no lo abruman con las presiones de las competencias.
Qué muchas veces son impuestas por un padre que refleja sus frustraciones en su hijo. No por capricho, muchos clubes ya han determinado que los padres no pueden acompañar a sus hijos en las competencias y, a veces, tampoco en los entrenamientos, que es un lugar privativo del deportista.
“Yo no quiero competir, quiero jugar”, escuché que le decía una nena a su mamá que le ofrecía dejar el club de su barrio e irse a uno más grande para poder federarse. Dicen que para muestra vale un botón, que vaya este entonces..
Festejemos entonces también una excelente e inédita iniciativa que lanzó el gobierno provincial para darle un salvaje a las pequeñas instrucciones deportivas a través de una inversión de 400.000 pesos de la Subsecretaría de Deportes, la que con la asistencia de la Dirección de Personería Jurídica le darán asistencia a más de cien clubes, federaciones y/o Confederaciones para que pongan al día sus papeles. Quedan excluidos los clubes que tienen equipos jugando en competencias profesionales, con justa razón.
La falta de balances o de elecciones en los tiempos que marca el Estatuto son una constante en pequeños clubes que terminan no pudiendo pedir subsidios (hay que tener una serie de papeles en condiciones para poder ser acreedores de la ayuda) y eso va en deterioro de lo edilicio y de los jóvenes que concurren allí con la intención de divertirse.
Habrá entonces un contador para cada club que lo solicite y la asesoría será gratuita. Así habrá más crecimiento, más chicos que quieran jugar y no competir y una sociedad que irá creciendo cada vez más sana.
