No fue un día más, ni un partido más para Román Salvalaggio; fue el regreso a una nueva vida a la que trato de vivir a pleno. Ahora pienso de otra forma” remarcó el jugador de Luján Sport Club que el domingo regresó al campo de juego a los 33’ del segundo tiempo en reemplazo de su ídolo, Lucas Martínez: “El ‘Cabezón’ es mi guía. Me dijo que era una nueva oportunidad que daba la vida.. aprovecharla.
l siempre estuvo a mi lado; le debo todo”, siguió diciendo Salvalaggio.
El delantero del “Granate” dejó de jugar en el 2010: “Me fui a buscar trabajo. Luján en ese momento ya no estaba bien futbolísticamente y dejé de jugar”, recordó sin pensar en lo que iba a vivir años más tarde.
En febrero de este año, estuvo dos meses con fiebre y su piel escamada. Estuvo internado en el Hospital Central y un virus intra hospitalario complicó el panorama. Tuvo que ser trasladado al Scaravelli de Tunuyán porque ese nosocomio estaba equipado con lo que necesitaba. “En agosto del año pasado me sentí mal. No tenía apetito y me salían ronchas en el cuerpo. Creí que era una alergia, pero nunca me imaginé ni se paso por la cabeza que era cáncer. Fui al médico, me hicieron todo tipo de análisis y no salía nada, sólo que los glóbulos blancos estaba bajos. Ahí fue cuando los doctores sospecharon y buscaban un tipo de tumor. Pero nada. La piel estaba roja, violeta, un color raro además con escamas y fue ahí cuando detectaron cáncer en la piel. A partir de ahí nunca creí que iba a poder jugar nuevamente al fútbol”, detalló Salvalaggio.
Sus órganos estaban dejando de funcionar y fue su momento más crítico, ya que estuvo siete días en coma. “¿Crees en los milagros?', me dijo un doctor. Le dije que sí,: 'Que estés con vida es un milagro’ me dijo.
El domingo saltó nuevamente a la cancha con la “18” y jugó nuevamente al fútbol, fue ante Atenas de Pocito e igualaron en cero, pero más allá del resultado su presencia fue la explosión del “Jardín del Bajo”. Marisa González (madre), Rubén Salvalaggio e Inés (el padre y su pareja), sus hermanos, Ana Laura y Leo, sus tíos su familia estaba de pie aplaudiendo y derramando lágrimas de alegría. No fue un partido más para Luján SC, era uno de sus hijos el que estaba nuevamente en cancha y fue el mejor gol de la institución, cuerpo técnico y jugadores.
“En el camarín, previo al partido había mucho nervio. El “Pollo” (por el técnico Juan Pablo Videla” dijo: “Todos nos debemos a él (apuntando a Salvalaggio) en la ronda que estaba formada. Fue tremenda esa palabra. Una sensación de alegría... de todo. Luego cuando entré me temblaban las piernas. Se me caían las lágrimas. No lo podía creer. Miraba para todos lados y sí, estaba dentro de la cancha corriendo, jugando, el fútbol me había recibido”.
Hoy, el jugador continúa con el tratamiento de quimioterapia: “Si todo sale bien el agosto me sacan la quimio. Te repito, vivo la vida de otra forma”.
Luego de unos días más, Román recibirá el alta definitiva ya que le suspenderán la quimioterapia lo cual lo hace con pastillas.
La vida le dio otra oportunidad y lo entendió como tal. Ramón Salvalaggio, ya ganó su gran partido.