Salvador Farrugia deja la presidencia del Tribunal de Cuentas luego de 30 años

El veterano funcionario, que llegó al cargo en 1987, se jubila. El gobernador Cornejo deberá postular a su reemplazante

Salvador Farrugia deja la presidencia del Tribunal de Cuentas luego de 30 años
Salvador Farrugia deja la presidencia del Tribunal de Cuentas luego de 30 años

Tras presidir por más de 30 años el Tribunal de Cuentas, Salvador Carlos Farrugia se jubila. La noticia la confirmó a Los Andes el propio funcionario. "Me jubilo, sólo falta formalizar los trámites", dijo.

De este modo, el gobernador, Alfredo Cornejo, tendrá la oportunidad de promover a alguien de su confianza para que conduzca el organismo de Control.

Farrugia informó que "hace ya unos meses" le avisó a Cornejo la novedad. Y espera que "entre marzo y abril" finalicen los trámites. Por eso, presentará su renuncia "en febrero", aunque seguirá al frente del cuerpo "hasta que llegue el reconocimiento oficial" de la jubilación.

Con setenta años, Farrugia, de origen radical, asumió la presidencia del Tribunal en noviembre de 1987.

Fue promovido a ese cargo por el entonces gobernador Santiago Felipe Llaver (lo hizo poco antes de dejar su cargo en manos del justicialista José Octavio Bordón).

En la actualidad, Farrugia es el único integrante de ese cuerpo que ha permanecido en el Tribunal desde aquella época. “He estado con todos los Gobiernos de esta era democrática” se jactó.

Eso es posible porque el cargo que todavía ostenta, es uno de esos llamados “vitalicios”. Sólo la muerte o la decisión personal del funcionario hace que pueda dejarlo. “Que tenga esa estabilidad es una garantía de independencia”, justificó, asegurando además: “Todas las gestiones que pasaron han respetado esa estabilidad”.

A modo de balance de su extenso mandato, Farrugia dice tener “la satisfacción de dejar un organismo ordenado”. Entre sus logros, destacó el hecho de haber certificado normas ISO 9002 (desde noviembre de 2001) y el “premio nacional a la calidad como organismo de control”, que recibió en 2006 de manos del entonces presidente Néstor Kirchner.

Cornejo vuelve a decidir

En su artículo 184, la Constitución de Mendoza ordena que el Tribunal de Cuentas debe ser presidido por un abogado que reúna "las condiciones que se requieren para ser miembro de la Suprema Corte". Es decir, tener más de 30 años, menos de 70 y no menos de "10 años de ejercicio de la profesión".

Esas características deberá tener quien proponga Cornejo, que una vez más tiene la posibilidad de nombrar a alguien en un cargo de trascendencia. Aunque -claro está- el nominado deberá pasar por el filtro del Senado.

Cabe recordar que hace casi un año, en el mismo Tribunal, Cornejo promovió la asunción de Liliana Muñoz de Lázaro, funcionaria de su extrema confianza, que reemplazó al vocal Francisco Barbazza, que se jubiló.

No hay indicios de quién será propuesto en este caso. En el entorno del Gobernador sólo dijeron que “no se sabe nada” aún.

El reemplazante de Farrugia será el sexto nombre que a Cornejo le toque promover en su gestión, ya que además de Muñoz, también impulsó a Alejandro Gullé como procurador de Justicia, a José Valerio en la Corte, a Mariana Silvestri en el Ministerio Público de la Defensa y a Sergio Marinelli en el Departamento de Irrigación.

Vale Más - Un fallo en contra

Farrugia celebró la gran cantidad de fallos que emitió el Tribunal presidido por él en estos 30 años. Sin embargo, uno de esos fallos no salió como esperaba. Fue el que el cuerpo emitió en diciembre de 2012, cuando condenó a pagar cerca de $ 14 millones a un grupo de funcionarios entre los que estaban los que habían denunciado una millonaria estafa con los tiques Vale Más.

El hecho, que aún sigue impune y que implicó un fraude de unos $ 50 millones, fue denunciado en 2006 por el entonces coordinador del programa, Alberto Monetti y por Fanny Salomon (administradora). Ambos fueron condenados a pagar la multa millonaria (junto a otros sospechados) por el Tribunal presidido por Farrugia.

En noviembre pasado, la Suprema Corte de Justicia (cinco años después de haber apelado) le dio la razón a Monetti y Salomón, y anuló aquel controvertido fallo, que Farrugia siempre defendió.

Sin dudas fue un duro golpe para el final de su mandato. “Recibimos mal lo que dictaminó la Corte, porque no es agradable que un fallo del tribunal sea visto así”, dijo el presidente saliente.

Aunque evitó polemizar. “La Corte lo interpretó de otra manera a nuestro punto de vista, pero respetamos lo que decidió”, aseguró.

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