El vitiligo se caracteriza por la pérdida de melanocitos, células encargadas de la pigmentación de la piel, produciendo manchas blancas en ciertas zonas del cuerpo. Se estima que afecta alrededor del 2% de la población y es considerada de origen autoinmune, aunque también hay predisposición genética.
Es desencadenado por diferentes factores: estrés, quemaduras de sol, contacto con sustancia química o traumatismos en la piel. Las manchas se presentan frecuentemente en la cara, manos, codos, rodillas, pies, axilas y zona genital. También puede alterar el pelo (poliosis).
Puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente su inicio antes de los 20 años y afecta tanto a hombres como mujeres.
Los pacientes no tienen consecuencias graves a nivel físico, pero pueden tener un padecimiento psíquico y social. Es importante aclarar que no se trata de una enfermedad contagiosa.
Si bien no existe cura para el vitiligo, hay tratamientos para repigmentar la piel. Los más utilizados son corticoides, cremas activadoras de la repigmentación, inhibidores de la calcineurina y fototerapia.
Por otra parte, los especialistas advierten que las zonas despigmentadas tienen un mayor riesgo de quemaduras solares y cáncer de piel, por lo que se recomienda usar siempre protector solar.
“La consulta con un dermatólogo es importante para un correcto diagnóstico y tratamiento, así como para la búsqueda de enfermedades autoinmunes asociadas”, asegura la profesional.
*La autora es Jefa de Dermatología del Hospital El Carmen, Mat. 7744