Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos, entre los que se encuentran los ataques al corazón y los accidentes cerebrovasculares (ACV), que suelen ser fenómenos agudos que se deben sobre todo a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro.
Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, sostiene que: “los efectos de los factores de riesgo comportamentales pueden manifestarse en las personas en forma de hipertensión arterial, hiperglucemia, hiperlipidemia y sobrepeso u obesidad. Estos “factores de riesgo intermediarios”, que pueden medirse en los centros de atención primaria, son indicativos de un aumento del riesgo de sufrir ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones”.
Además de llevar a cabo una alimentación sana y completa, existen algunos hábitos saludables que, si se logran adoptar diariamente, sirven para reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca. Uno de ellos es la actividad física a cualquier edad, independientemente de existir enfermedades de base o no, ya que tiene efectos cardiovasculares beneficiosos que han sido demostrados y que actúan sobre mecanismos que optimizan la presión arterial, la frecuencia cardíaca, el endotelio que se encuentra en la pared interna de las arterias y diversos sistemas metabólicos. De esta manera, se previene la formación de placas de colesterol y trombos, se evita el desarrollo de enfermedades y se optimiza el tratamiento de éstas cuando existen, evitando al fin el sufrimiento del corazón y el sistema cardiovascular.
“Está demostrado que el ejercicio regular tiene amplios beneficios para la salud. De hecho, existe evidencia que sugiere que un estilo de vida sedentario puede ser un predictor de mortalidad aún más fuerte que factores de riesgo establecidos como el tabaquismo, la hipertensión y la diabetes”, enfatiza la Dra. El Haj, y agrega que: “Es de suma importancia que un profesional evalúe, y prescriba ejercicio rutinariamente y una mayor actividad física a los pacientes”.
Algunos factores a contemplar a la hora de hacer actividad física:
Si bien está recomendado hacer actividad física con regularidad, la práctica de ejercicio (y más frecuentemente la de mayor intensidad) no está exenta de riesgos, pudiendo ocurrir traumatismos, arritmias cardíacas, infarto agudo de miocardio y hasta la muerte súbita. Y la prevalencia de estos riesgos se incrementa cuando existen enfermedades de base como, por ejemplo, diabetes, hipertensión arterial, alteraciones y elevación del colesterol, obesidad y enfermedad de las arterias. Muchas veces las personas que las padecen saben de su existencia, pero muchas otras no.
Otro factor importante a tener en cuenta son las temperaturas extremas. Los ambientes cálidos y húmedos aumentan el riesgo de enfermedad por calor ante el ejercicio, generando desde síntomas menores como calambres hasta pérdida de conciencia. El ejercicio durante bajas temperaturas (siempre considerar para estos casos la sensación térmica), presenta también riesgos generales y riesgos particulares sobre todo en los pacientes con enfermedad coronaria y deben suspenderse ante síntomas de malestar.
La importancia de realizarse chequeos médicos
La Dra. Valeria El Haj aconseja que, para prevenir eventos cardiovasculares relacionados con la realización del ejercicio, las personas deberían realizar una evaluación médica pre participativa deportiva. “En dichas consultas se realiza un examen exhaustivo, se recomienda una alimentación saludable y se sugiere eliminar hábitos tóxicos como por ejemplo el tabaquismo”. Y agrega: “generalmente se solicitan estudios complementarios dependiendo de la edad y los antecedentes de los individuos”.