La TCC puede ayudar a cambiar la forma de cómo uno piensa (cognitivo) y cómo actúa (conductual) y cómo estos cambios pueden ayudar a uno a sentirse mejor. Se centra en problemas y dificultades del aquí y ahora, buscando maneras de mejorar el estado anímico. Es muy útil tratando ansiedad, depresión, pánico, agorafobia y otras fobias, fobia social, bulimia, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de estrés postraumático, esquizofrenia, entre otros.
Estos son los principios de la TCC:
- Se focaliza en el comportamiento y los pensamientos.
- Está orientada hacia el presente.
- Utiliza terapias a corto plazo.
- Pone énfasis en la cuantificación, se puede medir en los progresos obtenidos.
- La relación terapeuta-paciente es de colaboración y el enfoque es didáctico.
- Tiende a fomentar la independencia del paciente.
- Está centrada en los síntomas y su resolución.
- Rechaza el principio de sustitución de síntomas (por el contrario, se trabaja con aceptar lo que hay).
- Pone énfasis en el cambio.
- Desafía constantemente la posición del paciente, sus conductas y creencias.
- Se centra en la resolución de problemas.
- Utiliza planes de tratamientos. ¡Objetivos!
- Propone una continuidad temática entre las sesiones.
- Tiene una base empírica y trabaja con la participación activa del paciente.
- Es la terapia con mayor eficacia comprobada para la gran mayoría de los tratamientos de trastornos -mentales.
¿Cómo se trabaja con TCC?
Se trabaja mucho con ejercicios que hacen sí o sí involucrarse al paciente, de tal manera que es protagonista absoluto de su propio tratamiento y proceso terapéutico. Se generan constantemente intercambios de pensamientos, opiniones y puntos de vista entre paciente y profesional. Se le da al paciente lugar a la introspección y que reflexione sobre su propio accionar, pero también cuando creemos adecuado intervenimos de manera firme y amorosa.
En TCC se realiza un trabajo de a dos. Vamos codo a codo paciente y terapeuta, escuchando, conversando, inclusive a veces jugando (el famoso role play). Se acompaña al paciente a que internalice sus propias capacidades y deseos a través de las herramientas que podamos ir brindando.
Trabajamos mucho, muchísimo con la línea de pensamientos. ¿Qué quiere decir esto? Las personas solemos tener miles de pensamientos por día. El problema existe cuando de esos, supongamos 60.000 pensamientos, 40.000 son negativos… Ahí es donde entendemos que algo está mal. Trabajamos a través de esos pensamientos, reemplazando los negativos por positivos.
También profundizamos en las emociones. ¿De qué manera? Las abordamos desde un lugar de aceptación. ¿Cómo? Entendiendo a las emociones como parte de nuestra vida, no solo las agradables, las que generan placer, sino también las emociones que más nos incomodan y hasta nos angustian. A todas las emociones les ponemos nombre, las identificamos y trabajamos sobre ellas.
Esta corriente terapéutica es una excelente aliada para los trastornos de ansiedad, ya que trae al paciente al aquí y ahora constantemente. En contraposición con la ansiedad, que lo que hace es llevarnos todo el tiempo a pensamientos anticipatorios e ideas sobre el futuro. Entonces, en este caso trabajamos desde la consciencia del momento presente, haciendo hincapié en que no todo pensamiento es necesariamente algo real, sino a veces es tan solo eso, un pensamiento.
*La autora es psicóloga (M.N. 60.774) y miembro del equipo de Talkit.