-¿Qué consecuencias tienen el confinamiento y la pandemia en la mente de las personas?
-En la medida en que la pandemia siga presente en nuestras vidas, el confinamiento y la crisis provocarán un aumento de la ansiedad, depresión, estrés, ataques de pánico… De hecho, una de las principales preocupaciones es el agravamiento de problemas de salud mental preexistentes.
-El aislamiento, al principio, fue algo que casi todo el mundo aceptó. Luego de casi 7 meses, ¿es impensable volver a un aislamiento forzoso?
-Eso es imprevisible de saber. También es real que muchos de los efectos adversos provienen de la imposición y de una restricción de la libertad.
-¿Qué sucede con la dinámica de las familias, en estos contextos de tanto encierro?
-Las familias, ante esta situación excepcional (la de pasar las 24 horas juntos en un mismo espacio), pueden verlo como una situación agobiante, pero también como una oportunidad: poder estar en casa, con los hijos, ejerciendo de padres y madres a tiempo completo.
Sin embargo, sin apenas poder salir, la perspectiva es dura. Para empezar, porque la situación obliga a cambiar drásticamente de ritmo. Y eso cuesta en una sociedad adicta a la hiperactividad, de la cual los hijos no son ajenos. Y por otro lado, porque los mayores deben ejercer de maestros, cuidadores y compañeros de juegos, entre otros roles. Entonces, aquí lo importante es realizar rutinas y pequeñas obligaciones básicas para mantener la armonía, tratando de no demostrar miedo y turnándose según las responsabilidades de cada adulto mayor (teletrabajo, compras, provisiones, etc.).
-¿Qué sucede con los dos extremos que se dice son los más afectados: los niños y los adultos mayores?
En el caso de las personas que tienen niños, para mantener su salud mental es importante que puedan ayudarlos a expresar sus sentimientos. En estos contextos, mantener la rutina -siempre y cuando se pueda- también ayuda. Proponerles actividades y animarlos a que sigan jugando es clave para apoyarlos y así sobrellevar estos momentos.
Si en la familia hay adultos mayores es muy importante mantener el contacto telefónico para brindarles apoyo emocional y ayudarlos a comprender (de forma clara y sencilla) la información que reciben. El acompañamiento, aunque no se pueda estar físicamente cerca, es vital para sostener la salud mental de los mayores.
En la medida de las posibilidades, de acuerdo a la situación particular de cada persona mayor, el humor y la conexión social pueden ser una manera de mitigar el estrés y aliviar la angustia. El contacto con los amigos y familiares puede aliviar el estrés. Hablar sobre las preocupaciones y los sentimientos puede ayudar a encontrar formas de atravesar este momento.
-Pandemia, problemas económicos y falta de trabajo son un combo explosivo. Mientras mucha gente se reinventa, otra parece no saber qué hacer… ¿Cómo podemos enfrentar estas problemáticas?
-Debido a la pandemia, en los hogares se enfrentan situaciones de crisis e incertidumbre, por lo cual se recomienda mantener pautas de convivencia. Por ejemplo, desarrollar rutinas en el interior del hogar que permitan mantenerse ocupado. También es conveniente concentrar la atención y energía en el aquí y ahora, es decir, evitar pensamientos negativos hacia el futuro.
Niñas y niños, en este contexto, también están expuestos a cambios en sus rutinas y a mucha información, presentando miedo hacia lo que pueda ocurrir. Esto se reducirá en tanto mantengan la calma los adultos: explicarles en sus palabras lo que está ocurriendo con honestidad y alentarlos a que expresen sus emociones.
-Al principio creíamos que esto terminaba en un mes, y ya nos vemos celebrando Navidad con barbijo… ¿Cómo podemos combatir la sensación generalizada de “esto no termina más”?
-A pesar de la incertidumbre, es importante entender que esta situación es transitoria, pues toda crisis tiene una solución, un tiempo y un aprendizaje. Y se sobrevive: no por ser el más inteligente, sino por saber adaptarse mejor a los cambios. Entonces hay que aprovechar este momento particular para pensar lo que podemos cambiar o no -de acuerdo a nuestra realidad- más allá que celebremos la Navidad con barbijos.
-¿Qué consejo nos puede brindar para afrontar con mayor entereza estos momentos tan complicados?
-La ansiedad es una señal de alarma que permite anticiparse y tomar medidas frente a una amenaza. En la mayor parte de los casos es una herramienta que nos permite actuar adecuadamente frente a situaciones percibidas como peligrosas o amenazantes. Sin embargo, en algunos casos, esa señal de alarma, que puede ser generada por estímulos internos (pensamientos, emociones) o externos (acontecimientos), es experimentada con una frecuencia o intensidad que dificulta el bienestar.
En estos tiempos de pandemia, la ansiedad es temor a lo desconocido y querer evitar lo que no podemos evitar: palabras como COVID-19, coronavirus, pandemia, cuarentena, infectados, respiradores, entre otras.
Ante esta situación transitoria de aislamiento, algunas de las respuestas emocionales pueden llegar a ser miedo intenso, ansiedad, angustia, irritabilidad, enojo, falta de concentración, problemas en el sueño. Esto, sumado a tener sensación de estar atrapados o con los nervios de punta, fácilmente fatigados, tensión muscular que nos desborda e impide realizar tareas cotidianas. Empatizar con los otros o ser autónomos, y pedir ayuda profesional es lo primordial.
Algunos tips útiles para la convivencia en cuarentena
• Levantarse todos los días a un horario cómodo y ajustado a las exigencias.
• Hacer un plan de actividades diarias.
• Incorporar en lo posible a todos los integrantes del hogar al plan de actividades ineludibles como el aseo de la casa, cocinar, actividades laborales y escolares con horarios relativamente estables.
• Si es posible y no genera conflicto, distribuir equitativamente actividades. Si todos están cómodos realizando actividades individuales, no presionar para la realización de actividades colectivas.
• Si es posible y agradable para las personas que comparten el aislamiento, planificar actividades grupales, tales como juegos de mesa, películas, jardinería, cocina, manualidades u otros.
•Mantener relaciones sociales virtualmente a través de llamadas telefónicas, videollamadas, WhatsApp.
Asesoró: Patricia Prilusky - Médica Psiquiatra | Matrícula Provincial N° 3989. Contacto: patriciaprilusky@hotmail.com