La Lengua de Señas en Argentina (LSA) es la lengua natural de la Comunidad Sorda Argentina y no es universal. Cada país posee su propia lengua de señas que las personas sordas adquieren naturalmente, transmitiendo de generación en generación, de adultos a niños.
“La Lengua de Señas Argentina (LSA) es un bien cultural y lingüístico de la comunidad sorda del país. Esta comunidad ha creado diferentes idiomas viso-espaciales-manuales-gestuales- permitiéndoles conocer el mundo, comunicarse, vivir y estar en sociedad”, explica la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.
La lengua es uno de los elementos básicos e indispensables para el desarrollo cognitivo y social del ser humano, y por ser la LSA, la lengua natural de las personas sordas argentinas, facilita la apropiación e interpretación de los conocimientos, costumbres sociales, cultura, etc. Además, permite a las personas sordas adquirir independencia y autonomía, permitiendo así una identidad propia.
Su mayor característica es la de utilizar un canal de transmisión alternativo, en lugar del canal fónico-auditivo que usan las lenguas habladas. En este caso, usan el canal viso-gestual en reemplazo de la voz, y es percibida por la vista sin requerir del oído.
¿Cuál es la importancia que requiere la lengua de señas?
El acceso a la lengua de señas en ámbitos como la educación y los servicios públicos es fundamental para los derechos humanos de las personas sordas, además de ser clave para romper las barreras de la comunicación y que puedan adentrarse en la sociedad.
“Es necesario pensar en una sociedad que incluya a todos los ciudadanos, por eso, a través del aprendizaje y promoción de LSA es posible alcanzar la aceptación e igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos generando una inclusión real, ya que incluir no es simplemente sumar, sino es ser parte”, menciona la profesional.
Promover en las personas oyentes el conocimiento de la LSA genera una mayor interacción social y comunicativa, rompiendo las brechas de comunicación que crean un distanciamiento con las personas sordas.
El conocimiento de la LSA enriquece la interacción y la comprensión, derribando las barreras de comunicación. Al aprenderla, se genera inclusión y se superan las limitaciones. “La persona sorda enfrenta barreras no sólo físicas, sino también contextuales que pueden excluir”, destaca la Dra. El Haj. Adaptar servicios y comunicación a través de la lengua de señas garantiza la igualdad de acceso.
A nivel mundial, la Federación Mundial de Sordos (FMS) afirma que la diversidad que existe en el uso de lenguas de señas es algo a ser preservado, promovido y protegido. No debe ser percibida como una barrera, sino como una fuente de diversidad cultural. Protegerla, es también proteger los derechos de quienes la hablan.
“La Lengua de Señas Argentina es mucho más que la sumatoria de palabras. Es un puente que conecta a las personas hacia la inclusión, la comprensión y la igualdad. Aprenderla no solo amplía nuestros horizontes, sino que también construye un mundo donde todos tienen voz”, concluye la Dra. El Haj.