El infarto, el ACV y la insuficiencia cardíaca lideran el ranking en muertes, no solo a nivel global sino también en Argentina. La Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, explica que las enfermedades cardiovasculares son un conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos que resultan de la aterosclerosis, una acumulación de placas grasas en las arterias.
“Las enfermedades cardiovasculares más frecuentes son: hipertensión arterial, cardiopatía coronaria (infarto de miocardio), enfermedad cerebrovascular (ACV), enfermedad vascular periférica y la insuficiencia cardíaca”, explica la Dra. El Haj.
¿Cuáles son los síntomas a los que debemos estar atentos?
Siguiendo a la profesional, los síntomas que generan la necesidad de realizar una consulta de forma urgente son:
- Dolor u opresión en el pecho, lo que se conoce como angina
- Dificultad para respirar
- Dolor, entumecimiento, debilidad y sensación de frío en las piernas o brazos.
- Dolor en el cuello, la mandíbula, la garganta, el área superior del abdomen o la espalda
- El síncope o pérdida súbita de la conciencia
- Mareos o desmayos
- Hinchazón en las piernas, el abdomen o en el área alrededor de los ojos
- Palpitaciones nuevas
- Pérdida de fuerza o sensibilidad en alguna parte del cuerpo
- Imposibilidad o dificultad para hablar.
¿Cuáles son los cuidados que podemos adquirir para tener un corazón saludable?
Aunque no se pueden cambiar algunos factores de riesgo cardiovascular, como lo son los antecedentes familiares, el sexo o la edad, la Dra. Valeria El Haj comparte algunos hábitos saludables que podemos adoptar para reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca:
- Dejar de fumar: Se estima que la exposición al tabaco es responsable del 10% de todas las muertes ocasionadas por ECV. Por otro lado, el riesgo de infarto de miocardio y del ACV empieza a disminuir inmediatamente después de suspender la exposición al tabaco y se puede reducir a la mitad en tan solo un año.
- Realizar exámenes médicos regulares y controlar las enfermedades, tales como la presión arterial alta, el colesterol alto y la diabetes.
- Seguir una dieta baja en sal y grasas saturadas
- Mantener un peso saludable, ya que el exceso de peso normalmente empeora otros factores de riesgo, como la HTA, el colesterol alto y la DBT
- Reducir y controlar el estrés, ya que puede dañar las arterias y empeorar otros factores de riesgo de enfermedades cardíacas.
- Mantener hábitos de sueño saludables.
- Hacer ejercicio por lo menos 30 minutos diarios la mayoría de los días de la semana: Las personas que no hacen actividad física suficiente tienen entre un 20% y un 30% más de probabilidades de morir prematuramente que aquellas que sí hacen actividad física.
Algunos factores a contemplar a la hora de hacer ejercicio
Si bien está recomendado hacer actividad física con regularidad, la práctica de ejercicio (y más frecuentemente la de mayor intensidad) no está exenta de riesgos, pudiendo ocurrir traumatismos, arritmias cardíacas, infarto agudo de miocardio y hasta la muerte súbita. Y la prevalencia de estos riesgos se incrementa cuando existen enfermedades de base como, por ejemplo, diabetes, hipertensión arterial, alteraciones y elevación del colesterol, obesidad y enfermedad de las arterias. Muchas veces las personas que las padecen saben de su existencia, pero muchas otras no.
“Está demostrado que el ejercicio regular tiene amplios beneficios para la salud. De hecho, existe evidencia que sugiere que un estilo de vida sedentario puede ser un predictor de mortalidad aún más fuerte que factores de riesgo establecidos como el tabaquismo, la hipertensión y la diabetes”, enfatiza la Dra. El Haj y agrega que: “Es de suma importancia que un profesional evalúe, y prescriba ejercicio rutinariamente y una mayor actividad física a los pacientes”.
La importancia de realizarse chequeos médicos
Según la profesional, al ser una enfermedad que no presenta síntomas previos es muy importante tratar de detectar la enfermedad cardiovascular antes de que se manifieste clínicamente, es decir, llevar a cabo lo que se denomina “prevención primaria”.
“Por eso es necesario educar a la población para que sigan controlando las enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo”, concluye la Dra. El Haj.