Herpes Zóster: ¿qué tenemos que saber sobre la enfermedad?

Se estima que 1 de cada 3 personas pueden desarrollar Herpes Zóster a lo largo de su vida.

Herpes Zóster: ¿qué tenemos que saber sobre la enfermedad?

Aproximadamente el 90% de la población adulta de Argentina ha padecido varicela en algún momento de su vida. Lo que muchos desconocen, es que el virus causante -Virus Varicela Zoster (VVZ)- queda latente en el cuerpo y puede reactivarse en una dolorosa enfermedad: el Herpes Zóster, comúnmente llamada culebrilla.

Luego de que una persona contrae varicela, el virus entra en un período de inactividad (latencia) y se localiza en las raíces nerviosas. Sin embargo, el virus puede reactivarse y la persona puede desarrollar Herpes Zóster.

Se estima que aproximadamente 1 de cada 3 personas puede desarrollar Herpes Zóster a lo largo de su vida, según un estudio publicado en 2022. Asimismo, el riesgo de padecer la enfermedad aumenta a partir de los 40 - 50 años y continúa aumentando cada año. A la edad de 85 años, el riesgo de desarrollar Herpes Zóster aumenta a 1 de cada 2 personas. Esto sucede dado que a mayor edad hay un debilitamiento del sistema inmune, conocido como inmunosenescencia, que genera mayor susceptibilidad y riesgo de padecer enfermedades infecciosas.

El Herpes Zóster suele presentarse en forma de erupción cutánea, con ampollas dolorosas en el tórax, el abdomen o el rostro. Dichas ampollas se convierten en costras en 7 a 10 días y desaparecen en 2 a 4 semanas. 

En algunos casos, la enfermedad puede complicarse con un cuadro conocido como Neuralgia Posherpética (NPH), un dolor neuropático de larga duración que se prolonga desde al menos tres meses hasta varios años. La NPH es la complicación más frecuente de esta enfermedad y se produce hasta en el 30% de los casos. Este cuadro se caracteriza por un dolor de difícil manejo clínico, descripto en general como ardor o dolor punzante, constante o intermitente. Es decir, una persona que atraviesa un cuadro de “culebrilla”, puede verse imposibilitada durante un período de tiempo a continuar su vida con normalidad, impactando negativamente en la calidad de vida a corto, mediano y, eventualmente, largo plazo.

Si bien la edad es el principal factor de riesgo para desarrollar Herpes Zóster, otros factores como enfermedades autoinmunes, tratamientos inmunosupresores como la quimioterapia o el consumo de esteroides[1], pueden alterar la respuesta del sistema inmune. Asimismo, las situaciones de estrés y la fatiga pueden favorecer también la reactivación del Herpes Zóster.

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