La sordoceguera es una condición que afecta la combinación de dos sentidos del sistema sensorial: el auditivo y el visual. No es una sumatoria de ambos sentidos, sino que tiene que ver con la afectación en la combinación de ambas deficiencias sensoriales. Por lo tanto, se la considera como una discapacidad específica y con características propias.
La afectación en ambos sentidos sensoriales, que puede ser parcial o total, produce que las personas que lo padecen tengan alteraciones en la comunicación que son únicas, repercutiendo a que tengan necesidades especiales para poder percibir y conocer el medio circundante y por lo tanto, desenvolverse en él. Su tratamiento requiere de personal capacitado y de servicios especializados en el tema promoviendo métodos especiales de comunicación para que las personas sordociegas tengan una mejor calidad de vida.
“Es importante poder conocer este tipo de discapacidad para que toda la sociedad pueda brindar los accesos necesarios y erradicar los prejuicios que no permiten la inclusión”, explica la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC. Y agrega que: “con respecto a los profesionales de salud, es importante que podamos tener acceso a la formación necesaria para brindar un tratamiento especializado para las personas que padecen esta discapacidad. Sobre todo, es fundamental brindar herramientas para el desarrollo de las habilidades de la vida diaria”.
Los individuos con sordoceguera necesitan el acompañamiento imprescindible de otra persona que sirva de puente y andamiaje. De esta manera, puede codificar su lenguaje comunicacional y sobre todo, ser de lazo con su entorno. La sordoceguera además excede la necesidad de comunicarse a través de lengua de señas, por ello, el tacto se convierte en el sentido preferente mediante el cual les permite conocer el mundo y comunicarse. De la misma manera, el acompañante resulta clave en el desarrollo diario.