Las cardiólogas intervencionistas representan menos del 4% en la región y el 2% del total de representantes de esa especialidad en la Argentina. Se estima que en Latinoamérica hay 180 profesionales dedicadas a la cardioangiología intervencionista, contra 2.500 varones. Además, cerca del 40% de las mujeres médicas trabaja a tiempo parcial o deja la medicina por completo dentro de los seis años posteriores a la finalización de sus residencias.
Por esto, a través de la organización denominada ‘Women As One’ (Mujeres como nosotras) que congrega a sociedades científicas de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica, se busca poner el foco en esta problemática para que las mujeres cardiólogas y -en especial- las intervencionistas, logren crecer en su formación y en su carrera profesional. Particularmente el tema fue tratado en profundidad en el simposio en homenaje a la Dra. Liliana Grinfeld en formato webinar que se realizó el 25 de noviembre pasado, en el marco del XXX Congreso Nacional Virtual del CACI 2020.
“Hace dos años, decidí unir a todas las cardiólogas intervencionistas de la Argentina y de Latinoamérica a través de una iniciativa llamada ‘Mujeres Intervencionistas Latinoamericanas’ (Grupo MIL). Inicialmente, hicimos un censo para saber dónde estaban y quiénes eran las intervencionistas, a qué se dedicaban, dónde habían hecho su formación y cuál era el cargo que tenían hoy en día. Sorpresivamente, los datos mostraron que en Latinoamérica somos 180 intervencionistas mujeres contra 2.500 varones, un número muy bajo, con el agravante de que muchas ni siquiera están ejerciendo la especialidad”, relató la Dra. Carla Agatiello, cardióloga intervencionista y directora del Programa Mujeres Intervencionistas Latinoamericanas (Grupo MIL) para la Sociedad Latinoamericana de Cardiología Intervencionista (SOLACI) y el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI).
De acuerdo con lo señalado por la Dra. Agatiello, una de las problemáticas relacionadas con la baja presencia de cardiólogas intervencionistas en la región se evidencia mediante el hecho que muchas de ellas hicieron el entrenamiento de sus Fellow (especialización y entrenamiento) y después no tienen ubicación en algún centro o posibilidades de crecimiento laboral.
“Cuando esto ocurre, terminan trabajando en algún tema vinculado a la industria del sector o haciendo subespecialidades o intervenciones por debajo de su potencial. La idea de este webinar ‘SOLACI-CACI Women As One’ fue unir esfuerzos para poder darles visibilidad y apoyarlas de manera real, concreta, con iniciativas que permitan tener entrenamientos en centros con alto volumen de pacientes y exposición, para que puedan estar en una mesa como disertantes, panelistas o moderadoras. Existen pocas mujeres intervencionistas en el mundo y las que hay no llegan a posiciones de liderazgo”, aseguró por su parte el Dr. Diego Grinfeld, presidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI).
Según datos de Women As One, las mujeres en cardiología tienen un 37% menos de probabilidades que los hombres de convertirse en profesoras titulares. Además, después de los 35 años las médicas suelen ganar el 82% de lo que se les paga a los médicos, a lo se agrega el hecho de que tienen tres veces más probabilidades de sufrir discriminación debido a las responsabilidades que recaen sobre ellas al convertirse en madres .
“La planificación familiar es un tema complejo, no es extraño que la mayoría de las intervencionistas tengan un solo hijo o ninguno, realmente es una profesión demandante. A diferencia de las mujeres, los hombres hacen su vida familiar y no tienen inconvenientes en ser intervencionistas y salir a las 3 de la mañana a atender un infarto, porque ellos vuelven y es la mujer las que se ocupó de llevar los chicos al colegio. Hay que poner en discusión esta cuestión de que si somos iguales tenemos que tener las mismas oportunidades de elegir la especialidad: que ser mujer no sea una limitante”, enfatizó el Dr. Grinfeld.
Una cuestión relacionada con la complejidad de compatibilizar la especialidad con la vida familiar, señaló la Dra. Agatiello, se vincula con el hecho de que las mujeres ven al intervencionismo como una especialidad hostil, ya sea porque requiere mucha demanda horaria, guardias o por la exposición a rayos. Respecto de este punto, aclaró que el hecho de tener mejores equipos con irradiación de menores dosis hace que la exposición que se tenga sea baja, si la profesional decide trabajar durante su embarazo.