El trabajo híbrido como promotor de la salud mental

Como sabemos, la pandemia trajo consigo un enorme cambio en el paradigma del trabajo. El nuevo contexto nos abre un abanico de posibilidades que nos permite preguntarnos cómo queremos trabajar y qué queremos priorizar al elegir nuestro empleo.

Para muchas personas, en primer lugar se encuentra la flexibilidad, los valores de las empresas, la autonomía, el clima laboral y su bienestar personal, aún por encima de la remuneración.

Este tema es analizado en profundidad y se evidencia en la investigación “Lo que los trabajadores quieren: de sobrevivir a prosperar en el trabajo” realizada por ManpowerGroup a más de 40.000 personas en más de 40 países, en la que el 54% de los hombres coincide en que, para triunfar en el trabajo, necesitan contar con una buena gestión de la salud mental, mientras que, en el caso de las mujeres, el 60% sostiene lo mismo. Además, el relevamiento concluye que las personas no quieren tener que sobrevivir, quieren prosperar.

El modelo de trabajo híbrido viene a satisfacer esta demanda de los colaboradores. La flexibilidad de elegir en dónde trabajar y cómo; la reducción del tiempo de viaje, que nos permite invertir el tiempo en familia, amigos, y proyectos personales; y la reestructuración de dinámicas de trabajo que implica este modelo, que suele resultar en una mejor división de tareas o en hacer ciertos procesos más rápidos y efectivos, producen no solo un mejor balance entre la vida laboral y personal, sino que reducen también las secuelas que puede generar el trabajo en nuestra salud mental.

Gracias a la flexibilidad y al modelo de trabajo híbrido, el burnout (agotamiento) que viven las colaboradoras disminuyó del 45% (en plena pandemia) al 39%.

Ahora bien, también es fundamental que las personas cuenten con los espacios adecuados para realizar trabajo remoto: un hogar en el que nos podemos abrumar por otras distracciones y obligaciones, o un café en el que hay mucho ruido, pueden no ser ideales. Es conveniente elegir lugares especialmente diseñados como centros para la colaboración, la productividad y la inspiración que cuenten con áreas compartidas y privadas abiertas las 24 horas del día y los 7 días a la semana, con comodidades para realizar el trabajo diario. Así, cada miembro puede organizar sus horarios de la forma en la que mejor se adapten a sus necesidades.

Como líderes, resulta fundamental poner en agenda estas cuestiones para poder generar espacios de trabajo más amenos y solidarios con las personas, haciéndonos preguntas como ¿qué es lo mejor para mi equipo?, ¿de qué manera trabajamos mejor?, y ¿cuentan los colaboradores con los espacios para vocalizar sus problemas?

Nuestro foco debe estar en fortalecer nuestra cultura y hacer que nuestros equipos sean más saludables, felices y productivos. Cuando confiamos en nuestros colaboradores para que elijan con total libertad dónde y cuándo hacer su mejor trabajo, se sienten más felices y rinden al máximo.

*La autora es Directora de WeWork Argentina.

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