El método por otoemisiones acústicas puede detectar el 98% de las hipoacusias en los bebés

Es fundamental la detección temprana de la hipoacusia, una patología que no sólo provoca la pérdida de audición, sino que también produce dificultades en el habla y la comunicación. La importancia de realizar una consulta con un especialista desde que el bebé nace para evitar que el mismo tenga problemas auditivos a futuro y/o para tratar a tiempo cualquier enfermedad asociada con los oídos.

Detección temprana de la hipoacusia
Detección temprana de la hipoacusia

La hipoacusia es la pérdida parcial o total de la audición, presentando diferentes grados que varía desde leve, moderado, severo a profundo. Asimismo, la hipoacusia posee múltiples causas según la etapa en donde inicia, pero provoca consecuencias mucho más amplias en los primeros tres años de vida y durante toda la infancia, ya que es la etapa de mayor desarrollo del sistema auditivo y la etapa clave para adquirir el lenguaje. Entre las posibles causas se encuentran: factores hereditarios, congénitos o adquiridos desde el momento del nacimiento e incluso puede desarrollarse a lo largo de la vida por numerosos y variados factores causales.

El Dr. Mario Zernotti, Jefe de Otorrinolaringología del Hospital Allende y referente de MED-EL sostiene que: “Se estima que de cada 1.000 recién nacidos, 1 ó 2 son sordos profundos y 2 ó 3 son sordos moderados. Si los niños tienen antecedentes de riesgo pueden aumentar notoriamente la posibilidad de sufrir algún tipo de sordera”.

Durante los primeros meses de vida del bebé, las caricias y voces de los padres son lo que lo relaciona con su ambiente, ya que aprende, reconoce y se reconoce a sí mismo. Con el tiempo, el lenguaje se transforma, estimulando el desarrollo del pensamiento y el conocimiento. Existen grados de hipoacusia que los padres no detectan porque en la conversación unipersonal, su mamá no tiene dificultades para entenderse, pero cuando el niño se integra a un grupo en el que hablan más personas, no comprende lo que se dice. Por esta razón, la importancia de la detección temprana es fundamental.

Cuanto más precoz es el examen y el diagnóstico de hipoacusia, mejores resultados terapéuticos se obtienen y existen mayores posibilidades de que el niño adquiera una forma de comunicación.

A partir de las 48 horas de vida y en lo posible antes del tercer mes del bebé, todo niño debe ser evaluado auditivamente (tenga o no antecedentes de riesgo auditivo).

¿Qué son las otoemisiones acústicas?

El método más utilizado en bebés y niños pequeños es el de otoemisiones acústicas, debido a la simplicidad y alto grado de confiabilidad. El estudio no produce molestias ni ningún daño al niño, ya que consiste en introducir en el conducto auditivo un diminuto auricular con micrófono por donde se emite un sonido suave. Si el bebé produce ciertos sonidos con “ecos”, quiere decir que la cóclea está funcionando y que el mismo escucha perfectamente.

El método más económico y accesible son las otoemisiones acústicas, que pueden detectar el 98% de las hipoacusias en los bebés. Sólo existe un 2% que no es detectado por este método, pero con el uso de los potenciales evocados automáticos se llega a 100%. Esto no significa conocer la causa, pero tener la certeza de la pérdida auditiva nos pone en alerta de una rehabilitación y tratamiento temprano.  Por eso, aunque las otoemisiones hayan “dado bien”, pero por algún motivo o factores de riesgo (herencia, infecciones, malformaciones, entre otras) se sospeche un problema en la audición, se debe consultar con un especialista”, explica el profesional. Y agrega que: “Los padres deben mantener una vigilancia permanente para detectar posibles deficiencias o pérdidas auditivas en los primeros meses de vida”.

Tips de prevención y cuidado de la audición

El Dr. Mario Zernotti refiere cuán importante es desarrollar hábitos que ayuden al cuidado del sistema auditivo, entre los cuales se pueden mencionar:

  • No exponerse a ruidos intensos;
  • Usar protección auditiva si se trabaja en ambientes ruidosos;
  • Medir la intensidad de los reproductores de música, así como también el volumen de la TV y la radio, para que no dañen nuestros oídos;
  • No utilizar hisopos, ya que estos provocan lesiones o micro lesiones que a lo largo del tiempo pueden producir un deterioro prematuro del sistema auditivo;
  • Consultar tempranamente ante la presencia de dolor de oído, sensación de pérdida auditiva, presencia de zumbidos o problemas de discriminación;
  • Hacer una consulta y examen auditivo periódicamente para controlar el deterioro;

La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresa que, casi el 60% de los casos de pérdida de audición en niños se pueden prevenir, por eso, es clave la detección temprana para tratar la hipoacusia y/o cualquier otra enfermedad asociada con los oídos”, finaliza el médico.

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