El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune crónica de causa desconocida que puede afectar prácticamente a cualquier órgano del cuerpo. Las alteraciones inmunológicas, especialmente la producción de varios anticuerpos antinucleares, conocidos como ANA, característica destacada de la patología.
Cuando funciona normalmente, el sistema inmunológico del cuerpo de las personas destruye los gérmenes que pueden infectar y las células que podrían convertirse en cáncer. Muchas veces, en lugar de combatir solo éstas, el sistema inmunológico comienza a atacar células sanas. Eso se llama respuesta autoinmune y es lo que sucede en el lupus. En otras palabras, si alguien padece lupus, “el propio cuerpo se ataca a sí mismo”.
“En Argentina, si bien no existen datos oficiales, se estima que una persona cada 1.500 padece lupus y el 90% de las afectadas son mujeres de 15 a 45 años, aunque también puede presentarse en hombres y niño”, fundamenta Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.
Los pacientes que padecen esta enfermedad tienen características clínicas variables que van desde afectación leve de articulaciones y piel hasta enfermedad más grave con alteración de la función renal, hematológica o del sistema nervioso central que puede poner en riesgo la vida de la persona.
La gran variabilidad clínica de esta enfermedad y la falta de características o pruebas patognomónicas de la misma hacen que se convierta en un desafío a la hora de determinar un diagnóstico para el médico. Los pacientes pueden presentar algunas características clínicas de Lupus que pueden parecerse a otras enfermedades autoinmunes, hematológicas o infecciosas.
¿Cuáles son los síntomas?
La Dra. El Haj sostiene que, si bien existen algunos síntomas, lo fundamental y primordial es la consulta médica.
- Cansancio: ocurre en el 80 al 100 % de los pacientes. A veces, esa sensación puede ser incapacitante. Su presencia no significa actividad de la enfermedad; está asociada frecuentemente con depresión, alteraciones del sueño y fibromialgia.
- Fiebre: se observa en más del 50 % de los pacientes con lupus. En la práctica clínica, puede ser difícil distinguir la fiebre asociada con un brote de lupus de otras causas de fiebre. Clínicamente, no existen características específicas que distingan la fiebre por LES de la fiebre por otras causas.
- Dolor muscular: es común entre los pacientes con LES, ligado con poca frecuencia a la debilidad muscular e inflamación.
- Cambios de peso: pueden estar relacionados con la enfermedad o con su tratamiento. La pérdida de peso involuntaria a menudo ocurre antes del diagnóstico de LES y puede deberse a la disminución del apetito. El aumento de peso en el LES puede deberse a la retención de agua y sal asociada con la baja albúmina.
- Inflamación y/o dolor articular: ocurre en más del 90% de los pacientes con LES y suelen ser una de las primeras manifestaciones.
Además, puede haber afectación mucocutánea, ya que la mayoría de los pacientes desarrollan lesiones en la piel y las membranas mucosas en algún momento durante el curso de su enfermedad.
La afectación de la piel más frecuente es la erupción facial (también llamada en mariposa) que aparece luego de la exposición al sol. Otras señales que se pueden mencionar son las úlceras orales o nasales indoloras; las úlceras nasales -que pueden provocar una perforación del tabique nasal- o la alopecia, pueden aparecer en algún momento durante el transcurso de la enfermedad.
Tratamiento
Existen una gran variedad de medicamentos que pueden aliviar significativamente los síntomas que serán prescriptos por el profesional médico según las necesidades de cada paciente. Los conocimientos actuales de la ciencia médica permiten un manejo óptimo de la enfermedad, con remisiones durante períodos prolongados y excelente calidad de vida.
Actualmente, el Lupus no tiene cura y puede afectar a cualquier órgano del cuerpo, como la piel, el corazón, los pulmones, los riñones y el cerebro. “Por esta razón, la detección precoz y su diagnóstico son la clave para aumentar la supervivencia y la calidad de vida de la persona afectada”, finaliza la profesional.