Debido a la propagación del coronavirus, en nuestro país llevamos varios meses de aislamiento preventivo, en sus diferentes modalidades según cada geografía, situación que ha redefinido las formas en que hacemos las cosas y los tiempos en familia. Aquellos que fueron padres primerizos durante este período se enfrentaron a la ansiedad que normalmente genera, pero, además, a la incertidumbre que se vive como sociedad en este momento tan particular.
En este marco, es importante recordar que la lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludable. A su vez, la conexión entre madre e hijo genera efectos beneficiosos en el organismo de la madre: ayudando a que su recuperación postparto sea más rápida, combatiendo a los efectos de la depresión e incluso reduciendo el riesgo de cáncer de mama y de ovario.
Cada vez que se le da el pecho a un bebé se está haciendo mucho más que alimentarlo, es una forma de abrazarlo, de acariciarlo y las madres reciben a cambio una sonrisa, una mirada atenta de los más pequeños. Es un momento que ayuda a consolidar la relación entre la madre y el niño, que le da a este último una base de seguridad para permitirle explorar el mundo. En contextos como el que estamos atravesando, resulta crucial poder brindarles no solo tranquilidad, sino también confianza.
Asesoró: Huggies