Durante las vacaciones puede suceder que la rutina de algunas familias se vea alterada con mayor frecuencia, debido a que las actividades programadas -viajes, salidas y paseos- en general imponen otros ritmos, más descontracturados, sin los horarios del año escolar y laboral. En consecuencia, la alimentación también suele verse impactada por los cambios en las rutinas, especialmente el desayuno.
Dormir un poco más o salir más temprano para aprovechar el día puede generar que las personas salteen el desayuno o se realicen desayunos ligeros, poco variados e incompletos que no cubren adecuadamente las necesidades nutricionales y energéticas de niños y adultos.
“El desayuno es una de las comidas más importantes del día, ya que aporta entre el 20 y 25% de la energía diaria que nuestro cuerpo necesita, por lo que no realizar esta comida dificulta cubrir las necesidades nutricionales y energéticas de niños y adultos. Preparar un desayuno sólo requiere de 15 minutos y es más simple de lo que creemos”, comenta la Lic. en Nutrición Stefanía Sivori.
“Se considera que un desayuno completo debe contener lácteos, como leche, yogur o queso que nos aportan proteínas y calcio principalmentepara cumplir con la recomendación de las Guías Alimentarias para la Población Argentina de consumir tres porciones de lácteos al día, frutas y algún cereal integral”, aporta.
Según los expertos en nutrición el desayuno es el pilar que sienta las bases del patrón alimentario a lo largo del día y brinda la posibilidad a las personas de comenzar la jornada con una comida saludable y nutritiva.
Además, es una oportunidad para conectar con los demás y compartir momentos en familia o amigos. Aprovechando los días de vacaciones se recomienda hacerlo tranquilos y de forma consciente, preparando un desayuno que requiera un poco más de dedicación, usando la imaginación y probando nuevas ideas.
Asesoró: Mastellone