La pediculosis es una epidemia que afecta especialmente a los niños de entre 3 y 13 años en todo el mundo. El contagio no depende de los hábitos higiénicos, del sexo, ni del largo del pelo; tampoco existe ningún medicamento eficaz para evitar su contagio. Solo puede acudirse a la prevención, cuyas principales formas son la higiene diaria y el control familiar, como indica la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Huéspedes molestos
El piojo humano (pediuculus capitis) es color gris claro y mide entre 2 y 4 milímetros. Su hábitat es el cuero cabelludo y se alimenta cuatro veces por día de sangre humana. Vive entre 30 y 40 días, pero fuera de la cabeza humana no resiste más de 48 horas. Los piojos son parásitos que pasan del estado de ninfa o larva a piojo adulto en tres semanas. Durante su tiempo de vida, cada hembra puede poner cerca de 200 huevos o liendres fijándolos al cabello con una sustancia cementante, a no más de 5 milímetros del cuero cabelludo. Al cabo de 8 días las liendres se transforman en un piojo adulto.
Cuando el piojo pica para alimentarse de sangre a través del cuero cabelludo, inyecta una toxina irritante y anticoagulante. Al rascarse, los niños se producen heridas en la piel de la cabeza que pueden infectarse y generar problemas más serios.
¿Cómo se transmite?
Los piojos no saltan ni vuelan, contrariamente a las creencias populares. El contagio se produce mediante el contacto con el parásito o con algún elemento de uso personal donde se encuentre el parásito adulto (peine, cepillo, vestimenta, vincha, almohada, etc.). Los piojos se trasladan a la cabeza y/o ropa de persona y la infectan.
El contagio de los piojos en los niños se realiza fundamentalmente en lugares como escuelas, clubes, piletas de natación y areneros, y en menor medida, por accesorios del cabello. Es importante destacar que el colegio “no tiene piojos”, sino que los bichitos van del colegio a casa y de casa al colegio en la cabecita de los alumnos infestados.
¿Cómo se detecta?
El síntoma más frecuente es la picazón en la nuca y detrás de las orejas. Para detectar la pediculosis se debe revisar el cuero cabelludo, separando el cabello ordenadamente mechón por mechón, debajo de una buena luz (la ideal es la luz solar), en busca de insectos adultos o liendres.
Cortar el largo del cabello no tiene incidencia en el grado de infestación, ya que los piojos pasan la mayoría del tiempo cerca del cuero cabelludo en el nacimiento del cabello. La creencia de que el cabello corto evita la pediculosis es un mito. El largo del pelo solo tiene incidencia en la facilidad de contagio, por eso se aconseja a quienes lo usan largo tenerlo sujetado con gomitas cuando están en contacto con niños que pudieran estar infestados. Mientras tanto, las claves radican en educar para la prevención y en ser perseverantes con el tratamiento.
Mitos y verdades
- Los piojos vuelan de cabeza a cabeza: no, los piojos no vuelan, sólo caminan
- Los piojos viven en los animales: no, los piojos no viven en los animales
- Cuando pica es porque esta chupando la sangre: la picazón se produce porque la saliva que inyectan al alimentarse es irritante.
- Los piojos transmiten enfermedades: no, y no presentan en sí mismo ningún riesgo para la salud. El piojo no lastima, lo único que produce es picazón y nervios en los padres de los niños contagiados.
- Los piojos son más comunes en algunas clases sociales que en otras: no, en todas las clases sociales hay niños que pueden actuar como foco de distribución.
- El vinagre sirve para combatirlos: sí, el vinagre sirve y en especial ayuda al desprendimiento de las liendres y piojos adheridos al cabello.
Cómo dar batalla a un insecto resistente
- Lo ideal es la consulta con el pediatra o dermatólogo para que indique el tratamiento más adecuado según la edad del niño, para eliminar tanto a la población adulta de piojos como a su cría (huevos y larvas).
- No usar gorros, peines o cepillos de personas con pediculosis.
- Introducir los peines o cepillos con piojos o liendres en agua caliente durante 10 minutos.
- Lavar con agua caliente las sábanas y toallas, y plancharlas (la temperatura alta ayuda a eliminar las liendres).
- Lavar los juguetes de uso diario.
- Evitar el uso de areneros.
- Usar gorra de baño en piletas de natación.
- En caso de contagio: lavar la cabeza, aplicar el producto pediculicida y dejar actuar el tiempo que indique el prospecto. Lavar nuevamente la cabeza. A continuación, pasar el peine fino mojado en vinagre tibio (el vinagre afloja las liendres y el peine las arrastra y desprende del cabello). Mientras dure el tratamiento, cambiar diariamente la ropa de cama y toallas, ya que si alguna liendre o piojo quedaron en las telas puede volver a contagiar. Mantener las uñas cortas para no lesionar con el rascado. Para garantizar la total eliminación del parásito, repetir el tratamiento ocho días después.
- No utilizar nunca sustancias peligrosas como kerosén, insecticidas órgano fosforados, etc.). Estos elementos pueden ser extremadamente tóxicos para la salud.
- Para disminuir la probabilidad de reinfección, revisar diariamente la cabeza de los niños y pasar el peine fino de metal. Evitar compartir elementos que están en contacto con el pelo (hebillas, peines, vinchas, almohadas, abrigos).
- La aplicación de vinagre sobre el cuero cabelludo no es tóxica y puede ser de utilidad, ya que ayuda al desprendimiento de las liendres del pelo.
Fuente: www.msal.gov.ar, www.pediculosis.org.ar, www.materna.com.ar