Llega el momento de cierre, caracterizado por los encuentros y los festejos para despedir todo lo que logramos durante el año. Nos reencontramos con familiares, amigos, compartimos experiencias o recordamos anécdotas. Para muchos, estas celebraciones van de la mano con el típico brindis y el disfrute de bebidas alcohólicas. Pero, ¿alguna vez te preguntaste por qué algunas personas parecen tener mayor tendencia a consumir alcohol en estas ocasiones?
Si bien en estas festividades es común observar que el consumo de alcohol aumenta, existe una predisposición genética que nos impulsa a consumir más o menos alcohol. Al ingerir bebidas alcohólicas, nuestro cuerpo reacciona con cambios de humor, disminuye nuestra capacidad de atención, tenemos más sueño, dolor de cabeza, náuseas e incluso hasta daños en las habilidades motoras. Estos impactos pueden variar en cada individuo dependiendo del tipo de bebida, la cantidad que se consumió, la dieta previa, tomar determinados medicamentos y hasta es fluido por la genética.
Ser conscientes del consumo
Es fundamental comprender y dimensionar el impacto que tiene el alcohol sobre nuestro cuerpo para poder moderar el consumo. Según el Ministerio de Salud, en nuestro país mueren 8.000 personas al año por enfermedades vinculadas al consumo de alcohol. Además en América del sur, somos el segundo país en consumo de alcohol, ya que se estima por año, que por persona se consumen 9,88 litros.
El consumo excesivo de esta clase de bebidas tiene grandes consecuencias en nuestros cuerpos, pero no sólo para nosotros sino también para aquellos que nos rodean. Las personas alcoholizadas son más propensas a dañar a otros, como en siniestros viajes u otras lesiones externas.
Cómo la genética influye en el consumo de alcohol
Podemos conocer el efecto en nuestro cuerpo a través del estudio del gen FAAH, el cual se encuentra en el cromosoma 1, ya que se encarga de evaluar una proteína que regula las funciones de un neurotransmisor que se encuentra implicado en la sensación que se obtiene de recompensa y en la adicción. En este sentido, se puede estudiar el marcador rs324420 y si tienen el alelo A en el marcador, pueden tener predisposición al alcoholismo.
En cambio, la ausencia del alelo rs324420-A sugiere que la persona no presenta predisposición al alcoholismo. Aunque es importante evitar el consumo excesivo de bebidas y tener en cuenta otros riesgos además de genéticos, ambientales.
También se estudia la enzima ALDH2, una de sus funciones es eliminar los componentes tóxicos del cuerpo después de beber alcohol. En el caso de que presente una deficiencia, puede hacer que la persona sea más susceptible a otros efectos de las bebidas alcohólicas, provocando frecuentes dolores de cabeza y previniendo el aumento de la resistencia al alcohol, incluso después de hábitos de consumo prolongados.
“Hay mucha información en nuestro ADN que desconocemos, a través de los test genéticos que ofrecemos en Genera, buscamos brindarles a las personas esos datos sobre sus cuerpos. De esta manera, van a poder tomar decisiones saludables para sí mismos en base a sus tendencias genéticas” explica Ricardo Di Lazzaro, socio-fundador y médico genetista.
Asesoró: Genera