El cáncer de próstata se origina cuando las células de la próstata comienzan a crecer de forma descontrolada. En Argentina, se diagnostican 11.686 casos al año, que corresponden al 18,7% de todos los tumores malignos en hombres. Al ser un tumor de crecimiento lento (en la mayoría de los casos) y que en etapas tempranas no suele provocar síntomas, los controles de rutina son un aliado clave para la detección temprana.
Si bien se desconocen las causas que pueden causar cáncer de próstata, sí hay dos factores de riesgo que favorecen su desarrollo, ellos son la edad y los antecedentes familiares. Se considera que la edad es el principal factor de riesgo, por lo cual en Argentina se aconseja realizarse controles de rutina con un especialista urólogo a partir de los 50 años. En el caso de haber tenido un padre o hermano diagnosticados con esta enfermedad, se recomienda comenzar los controles a los 45 años ya que cerca de un 10% de los casos pueden darse como resultado de una predisposición genética o hereditaria.
Estos controles son fundamentales ya que, en etapas iniciales, el cáncer de próstata no suele causar síntomas, en cambio, en los casos más avanzados pueden dar señales como:
- Problemas al orinar, incluyendo un flujo urinario lento o debilitado o necesidad de orinar con más frecuencia, especialmente de noche.
- Sangre en la orina o el semen.
- Dificultad para lograr una erección (disfunción eréctil).
- Dolor en las caderas, la espalda (columna vertebral), el tórax (costillas) u otras áreas debido a que el cáncer que se ha propagado a los huesos.
- Debilidad o adormecimiento de las piernas o los pies, o incluso pérdida del control de la vejiga o los intestinos debido a que el cáncer comprime la médula espinal
“En los controles de rutina al paciente se le realiza un examen digito rectal (tacto rectal) y un análisis de sangre con el ´antígeno prostático especifico´ (PSA). Cuando el PSA solicitado y, sobre todo, el examen digito rectal que sigue siendo un examen fundamental, son sospechosos, se podría solicitar una resonancia magnética de próstata. Si se observa alguna lesión sospechosa en la glándula, se lleva a cabo una biopsia prostática que comprueba con exactitud la existencia de una patología oncológica”, explica el Dr. Jonatan Erasmo Bornia, urólogo del Hospital Aeronáutico Central (MN 157348).
La biopsia de próstata es un procedimiento a través del cual se extraen pequeñas muestras del tejido prostático para ser analizadas bajo microscopio. “Para realizar el procedimiento es necesario solicitar un laboratorio de sangre y de orina, junto con una evaluación cardiológica. Se realiza en el quirófano, con una sedación anestésica, para que el paciente no sienta ninguna molestia. La punción se lleva a cabo bajo guía ecográfica y con una aguja de punción especial, para que estas muestras sean redituables”, detalla el Dr. Esteban Tosolini, jefe del Servicio de Urología del Hospital Aeronáutico Central (MN 102093).
Esta técnica es ambulatoria y dura aproximadamente unos 10 minutos. Los resultados de la misma pueden arrojar la presencia o no de células cancerosas, así como también otras lesiones anormales que no necesariamente sean indicio de cáncer.
En el caso de que el diagnóstico sea positivo para células cancerosas, el médico aconsejará sobre todas las opciones de tratamiento viables, incluyendo sus objetivos y posibles efectos secundarios de acuerdo a:
- La etapa y el grado de cáncer
- Edad y expectativa de vida
- Cualquier otra afección médica grave que pueda influir
- La propia opinión del paciente sobre la necesidad de tratar el cáncer inmediatamente
- La probabilidad de que ese tratamiento cure su cáncer (o que lo alivie de alguna manera)
- Los posibles efectos secundarios de cada tratamiento.
“Hay que tener en cuenta, que estamos hablando de una enfermedad silenciosa, es decir, que no genera síntomas salvo en etapas avanzadas y es una enfermedad que no se puede evitar, pero si realizamos los controles urológicos tempranos según las guías de recomendación, podemos detectarla en etapas iniciales y ofrecer al paciente tratamientos curativos”, concluye el Dr. Bornia.
Un diagnóstico a tiempo puede cambiar el curso de la enfermedad, mejorando la calidad y expectativa de vida de los pacientes. Debido a que el cáncer de próstata puede no dar señales, es muy importante que las personas mayores de 50 años, o 45 años en caso de tener antecedentes familiares cercanos, opten por realizarse los controles médicos anualmente dejando de lado miedos y tabúes asociados.