La Sociedad Argentina de Nefrología (SAN) comparte las claves para el cuidado de la salud renal en 10 simples pasos, para ayudar en la prevención de las enfermedades renales y cuidar el buen funcionamiento de los riñones.
- 1. Realizar actividad física de forma habitual para mantenerse en forma y activo. El ejercicio ayuda a reducir la presión arterial y, por lo tanto, reduce el riesgo de enfermedad renal crónica. Tener en cuenta siempre coordinar el tipo de actividad y frecuencia con un médico.
- 2. Controlar el nivel de azúcar en sangre. Aproximadamente el 50% de las personas con diabetes desarrollan algún grado de daño renal, por lo que es importante que se practiquen exámenes regulares para chequear y monitorear el funcionamiento renal.
- 3. Controlar la presión arterial, ya que es la causa más común de daño renal. Aproximadamente 9 de cada 10 personas con Enfermedad Renal Crónica tienen presión arterial alta. Asociada a otros factores como diabetes, colesterol alto y enfermedades cardiovasculares, la presión arterial es peligrosa para el riñón.
- 4. Seguir una alimentación saludable, rica en vegetales y controlar el peso, tratando de mantenerlo en los parámetros adecuados según indicación médica. Esto ayuda también a controlar la diabetes y otras enfermedades cardíacas que acompañan el daño renal. Llevar una dieta balanceada es posible, se puede incluir todos los grupos de alimentos, preparaciones preferentemente caseras y acompañarse de un bajo consumo de alimentos ultraprocesados, sodio, y azúcares simples.
- 5. Reducir el consumo de sal. El consumo excesivo de sal aumenta la presión arterial, que a largo plazo puede llevar a problemas renales. Hay que tener en cuenta que la misma también está presente en productos ultraprocesados. Se aconseja elegir alimentos preparados de forma casera y condimentar con hierbas aromáticas.
- 6. Hidratarse. El consumo de agua, alrededor de 1.5 ó 2 litros por día, puede reducir el riesgo de deterioro de la función renal. Se aconseja tomar más líquido en días de mucho calor, luego de una actividad física intensa o en casos de fiebre, diarrea o vómitos, ya que su pérdida es mayor.
- 7. No fumar. El tabaquismo altera la vasculatura renal y potencia fuertemente a los otros factores de riesgo como dislipidemia, hipertensión arterial y diabetes en generar insuficiencia renal, además de aumentar el riesgo de cáncer de riñón.
- 8. No utilizar fármacos que puedan dañar los riñones, como los antiinflamatorios no esteroides. Si hay una enfermedad renal de base y se toman de forma habitual o prolongada pueden afectarlos. Es muy importante no automedicarse.
- 9. Realizar chequeo de sangre y orina para analizar el funcionamiento renal si presentan factores de “alto riesgo”como diabetes, hipertensión arterial, obesidad, o si hay miembros de la familia que padezcan una enfermedad renal y/o antecedentes.
- 10. Tener presente que todo lo que afecta al corazón también afecta a los riñones.
Y por supuesto, la consulta médica ante cualquier duda o para un monitoreo habitual. No hay que olvidar que si el paciente avanza a una terminalidad en su evolución renal, no hay forma de retroceder.