Salir del clóset, un dilema para la familia

A pesar de los grandes avances legales y culturales, todavía el gran problema para muchos padres es aceptar que un hijo les diga que es gay, lesbiana o travesti.

Salir del clóset, un dilema para la familia

Pese a la creación de las leyes de Identidad de Género y Matrimonio Igualitario, pese a que hay áreas gubernamentales que trabajan por el respeto a la diversidad, pese a que otras formas de sexualidad son recibidas con naturalidad y la discriminación comienza a quedar atrás a nivel social, salir del closet todavía es un problema que afecta íntimamente a muchas familias.

“Sigue siendo un problema decirlo, no nos educaron para tener hijos gays, lesbianas o trans, aún hay situaciones en que los padres someten a sus hijos a tratamientos o terapias porque creen que tienen una enfermedad que se puede corregir”, dijo Esteban Paulón, presidente de la Federación Argentina LGBT.

Según el activista, en el intento de modificar la orientación sexual de los hijos, “hay incluso situaciones de violencia”, y así la familia, "que debería ser un lugar de contención en situaciones de discriminación, se convierte en el primer lugar de exclusión”.

En 2010 se sancionó en Argentina la ley de Matrimonio Igualitario, y en 2016 la de Identidad de Género; en los últimos años también se crearon áreas gubernamentales para impulsar el respeto a los derechos de los colectivos LGBT, sin embargo, “hay que seguir trabajando para traducir la igualdad legal en igualdad real”, comentó por su parte Adrián Urrutia, titular de la dirección de Diversidad de Neuquén.

Esta semana, el área coordinada por Urrutia recibió a un joven de 16 años de Cutral Co, hijo de padres separados, quien había sido echado de la casa de su madre y rechazado por su padre.

“La madre sabía hace más de un año que su hijo era gay, lo echó por segunda vez, él fue a buscar al padre y él tampoco lo aceptó; quien sí lo recibió y acompañó fue una tía, que lo llevó a la dirección de Diversidad de la provincia”, contó Urrutia.

Además de darle contención desde lo personal, la Dirección le brindó asesoramiento legal: ante el juzgado de Cutral Co se hicieron los trámites necesarios para que siga recibiendo la mensualidad del padre y también para resguardar a la tía, quien se había hecho cargo de un menor de edad. Además, se tramitó ante el ministerio provincial de Educación una beca extraordinaria para que el adolescente siga estudiando.

El joven no tiene contacto con los padres y no quiso participar de una mediación comunitaria, argumentó que se sintió humillado; “el rechazo de los padres es muy fuerte para un adolescente, puede entrar en un pozo depresivo, en Neuquén hemos tenido incluso casos de suicidio”, afirmó Urrutia.

Al ser consultado sobre cuáles son los motivos del rechazo de los padres, el activista respondió que se debe principalmente a "los prejuicios basados en información falsa".

“Nos imaginan promiscuos, no en casa con nuestras parejas e hijos”, agregó. Si bien las leyes relativas a la diversidad sexual fueron “un mensaje claro del Estado a la sociedad, que dijeron que los gays, lesbianas y trans tienen lo mismos derechos que el resto", Urrutia considera que cuanto más lejos se está de Buenos Aires, es más evidente la necesidad de "traducir la igualdad legal en igualdad real y cotidiana".

Desde la Falgbt, Esteban Paulón apuntó que para las mujeres trans, salir del closet es aún más difícil, y que esto se debe por un lado a que son parte de un colectivo minoritario -10.000 en todo el país- y a que esta identidad de género “no se puede ocultar porque se expresa en el cuerpo”.

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