Adiós amargura; hola felicidad. Tuvieron que pasar cuatro partidos completos para que Godoy Cruz encontrara los caminos al gol y quedaran atrás las nubes negras. Y aunque no fue un partido brillante del equipo de Sciacqua, poco importará el rendimiento. Vale la euforia de haber cortado la malaria.
La explicación del resultado con el que Godoy Cruz y Huracán se fueron al descanso en el entretiempo tiene una arista tan insoslayable como irrefutable: el factor "Morro". Se llama Santiago Damián García Correa, es uruguayo y con la camiseta del Tomba ya convirtió 51 goles que le valen el título de goleador histórico del club en Primera División.
Las demás causas habrá que buscarlas en la falta de eficacia del Globo a la hora de capitalizar las oportunidades que se le presentaron frente al arco defendido por Rodrigo Rey. Si la intención de Sciacqua era poner en cancha un elenco más ofensivo, la propuesta le dio resultados a medias. El Tomba sufrió la vieja historia de la manta corta: se tapó la cabeza y se destapó los pies. Porque se nota a la legua en este Godoy Cruz la falta de un conductor capaz de hacerse cargo de la elaboración de juego y, entonces, no le queda otra que apostar a las transiciones rápidas por los costados, especialmente por el sector de Miguel Merentiel, un delantero devenido en volante por derecha.
El Tomba sufrió en el retroceso y el Globo lastimó demasiado por los costados. Inteligentes, Droopy Gómez y Briasco se tiraban a las espaldas de Merentiel y ahí, por delante de Carrasco y a espaldas de Andrada, hicieron daño. El equipo de Damonte mostró las mismas carencias que el Tomba a la hora de definir. Claro, la diferencia está en que el Morro García todavía juega para Godoy Cruz. Tuvo una y la mandó a guardar con un latigazo de zurda inapelable que dejó sin respuestas a Antony Silva e hizo explotar de felicidad el Malvinas por el primer alarido tombino en este incipiente 2020. Todo un desahogo.
Y lo mejor que le podía pasar a Godoy Cruz se dio apenas movieron del medio para el ST. No habían pasado dos minutos todavía cuando Merentiel ensayó otra diagonal de derecha al centro, se asoció con el Morro, quien pivoteó como en el futsal para dejarlo cara a cara con Silva; toque suave y a cobrar. El Tomba se ponía 2-0 y comenzaba a ver el sol después de tantos nubarrones y días tormentosos.
Con la ventaja de dos goles, el Tomba se agrupó para hacerse más compacto y peleó cada pelota como la última. Sin embargo, ante un rival que decidió vender cara su derrota, sufrió hasta la última jugada para poder celebrar.
Empate en el Viaducto
Arsenal y Talleres igualaron anoche 1-1, en un emotivo partido jugado en el estadio Julio H. Grondona. Guilherme Parede abrió el marcador para la visita e igualó Juan M. García.
Arsenal mantuvo la racha positiva aunque sumó un punto, mientras que Talleres, de irregular campaña, logró salir de perdedor, aunque no alcanzó el éxito al quedar diezmado por un par de expulsiones.
