La canchita, que no es más que un baldío en el que instalaron dos arcos, es brava. Un mediodía de verano, como el del pasado martes, los 31 grados que marcaba el termómetro pueden parecer 45° (o 45.000) en ese descampado. Y una tarde de invierno, la tierra áspera puede raspar hasta el alma de quien se tire al piso a barrer una pelota.
Pero esto es apenas anecdótico para los más de 140 chicos que viven en La Favorita e integran el club Asociación de Fútbol Infantil (AFI). El número de jugadores se estira a 200 si se cuenta además a aquellos que todos los días, de 18 a 20.30, entrenan junto a los profes para después merendar al costado de la cancha.
AFI fue fundado hace un año por Zulema Olivares, una vecina del lugar que desde hace una década trabaja por y para los niños del oeste capitalino y se ha convertido en una referente social del lugar. Y aquella movida solidaria que comenzó como festejos durante cada Día del Niño hoy se ha ampliado a un club de fútbol -con chicos de entre 17 y 4 años, además de los mayores (que son los propios padres de los chicos)- y un almuerzo para todos cada sábado (que se suma a la merienda post entrenamiento de todos los días), entre otras cosas.
Los chicos del AFI, además, están cerrando un gran año y esa emoción es algo que no logran (ni quieren) disimular en sus rostros ni en sus palabras. Es que en su primer año de vida, y en lo que fue su temporada inaugural como participantes de la Liga Municipal de Fútbol Infantil (Limfi) cosecharon grandes logros en las distintas categorías. La 2008, por ejemplo, se consagró campeona del Torneo Clausura y de la Recopa.
“Más allá de los resultados, lo más importante es que podemos sacar a los chicos de la calle. Hay algunos que con 12 años no tienen mamá ni papá, y siempre están acá o en la puerta de casa. Aquí encuentran la contención que necesitan”, reflexionó Zulema, quien junto a su esposo Raúl Muñoz y a Pablo y Cristian no saben de obstáculos a la hora de entregar todo por los chicos.
“Nos gustaría tener bien hecha la cancha”, se sinceró con simpleza Giovanni (11), el 3 de la categoría 2004 y quien tiene como referente a Marcos Rojo ya que ocupa su misma posición en la Selección argentina.
“El sueño de todos acá es tener una cancha. Pero no queremos que nos regalen nada. Si hay que pagar una cuota, lo hacemos; y si hace falta hacer hormigón, soy la primera que lo hace. Pero estaría bueno que tengan un lugar acondicionado, porque esto es un baldío. Después de entrenar, los chicos tienen que tomar la merienda sentados en el cordón”, completó Zulema.
Día a día
Siguiendo por la Avenida Progreso y cruzando Aliar, casi llegando al punto más occidental de La Favorita, está la plaza del lugar. Al oeste de este espacio "verde" (si es que se le puede atribuir ese color), y con un microclima de calor recalcitrante -o de frío penetrante, así son los extremos- está la canchita del AFI.
“Es un baldío al que le pusimos los arcos. Pero para los partidos que jugamos de local, nos prestan la cancha que está en la Escuela Hogar Eva Perón”, aclaró Raúl Muñoz resguardado en la carpa que han instalado en el centro del descampado y que proyecta la única sombra que puede encontrarse en el lugar.
Raúl es uno de los entrenadores de los chicos (junto a Pablo y Cristian) y -con orgullo- pregona por estos días los logros de sus dirigidos. “Salimos campeones zonales, ganamos el Clausura y después la Recopa entre los dos ganadores del año”, enumeró.
Diciembre encuentra a los chicos de La Favorita festejando por partida triple: el aniversario del club, los títulos y el fin de año. “El otro día nos entregaron las camisetas y los trofeos, y fuimos a festejar a una pileta que tiene más arriba un señor que vive en el barrio”, se explayó a su turno Diego (11), y aclaró que obtuvieron mejores resultados jugando de visitantes.
En el torneo de la Limfi participan equipos de toda la provincia y el recorrer otros departamentos será uno de esos recuerdos que no se borrará fácilmente de la memoria de los chicos. “Nos gusta ir a otros lados, conocer a otros chicos y hacernos amigos”, acotó Nicolás (10). De hecho, para enero los han invitado a participar de un encuentro que se realizará en San Juan y su participación depende de que logren conseguir transporte.
“Estamos vendiendo números y empanadas para juntar plata y poder viajar”, aclaró Zulema. Y también hay una invitación hecha desde Chile, aunque aquí también dependen de alguien que ofrezca solidariamente el traslado. “Nos encantaría poder ir a jugar a Chile”, coincidieron los jóvenes deportistas.
Todas las semanas, de lunes a jueves, los chicos se reúnen a entrenar con los profes en la cancha. En verano lo hacen de 18 a 20.30 para no padecer tanto el calor. Y siempre, después de cada entrenamiento, llega otro de los momentos más esperados: la merienda (té con tortitas o, cuando hace mucho calor, cambian la infusión por jugo). Los sábados, en tanto, juegan con sus categorías.
Con carnet para poder jugar en la Limfi hay 140 chicos, aunque siempre se suman otros a entrenar y a veces llegan a ser 200. “También está el equipo mayor de AFI, que son los padres de los chicos que se han conocido gracias al fútbol y están participando de un campeonato”, agregó Zulema.
La mayoría de los chicos prácticamente nacieron con una pelota en el pie y están más que contentos por los logros. Incluso, algunos duermen con el trofeo al lado de ellos. “Siempre jugábamos en la calle, hacíamos partiditos con los de la cuadra o íbamos a otros clubes. Jugamos desde que nacimos y lo vamos a hacer hasta la muerte”, siguió Gio, quien también participó de un Mundialito disputado a principio de 2015 -con equipos de todo el país y de Chile- y en el que salieron terceros.
Nerea (12) y Georgina (10) son dos de las talentosas futbolistas que también defienden la camiseta de AFI. Porque es claro que el fútbol no es sólo cosa de hombres. “Es lindo viajar, conocer gente. Pero lo que más disfruto es jugar a la pelota”, se sinceró la más chica de ellas.
Contención
Zulema es consciente de lo importante que es el fútbol -como herramienta- en la vida de los vecinos de La Favorita. No sólo en la de los niños, sino también en toda la comunidad. "Hay que tener mucha paciencia, pero entender que con esfuerzo se llega lejos. Muchos de estos chicos no tienen dónde ir y andaban por la calle. La idea desde el principio fue sacarlos de la calle. Antes en la plaza no se podía ni estar, porque siempre había chicos chiquitos drogándose o viendo a quién podían robar", indicó la mujer, mirando hacia atrás en sus recuerdos.
La referente social y su familia hacen todo a pulmón, dejando incluso tiempo y dinero en estas acciones. Pero ni siquiera eso los detiene. “Seguimos festejando el Día del Niño, y los feriados vemos películas en la unión vecinal del barrio Cipolletti.
También hicimos regalos para las madres en su día y estamos avanzando con el proyecto de armar una murga. La Municipalidad de Ciudad nos da harina para poder hacer las tortitas de la merienda y Churrico nos ha ayudado para los grandes eventos también. Pero a mí no me gusta mucho ir a pedir y molestar”, continuó con humildad.
“Cada vez nos conoce más gente y vienen más chicos. Nos gustaría poder crear un comedor. Yo misma voy a buscar las donaciones y ofrezco mi trabajo a cambio de cosas que la gente no usa y nos puedan servir a nosotros”, dijo Olivares.
“Es muy bueno que existan estos espacios. Los chicos siempre han jugado al fútbol, pero lo hacían en cualquier lugar. Mi hijo está con una pelota desde que se levanta hasta que se acuesta. Ahora tienen su cancha y en poco tiempo llegaron a la Liga. Aquí encuentran mucha contención, y las madres ayudamos como podemos. Estamos tranquilas”, contó por su parte Vanesa, quien vive en el barrio Nuevo Amanecer.
Cómo ayudar...
Zulema, su familia y todos los vecinos y padres de los chicos de AFI dan hasta lo que no tienen con tal de generar recursos que les permitan crecer. Ya sea desde conseguir fondos para poder viajar o comprar zapatillas y pelotas, cualquier meta es excusa para mostrarse unidos. De hecho, los sábados hacen partidos amistosos en la canchita y los padres ponen puestos de panchos y venden para poder juntar algo de dinero.
“Vendiendo empanadas pudimos comprar 25 pares de zapatillas, pero quedan acá para cuando los chicos vengan a jugar. Necesitamos calzado para la casa, para el día a día. O ropa, cualquier prenda que no usen. Todo nos puede servir”, destacó Zulema. Pelotas y camisetas también serán muy bien recibidas.
Cualquier persona que desee ayudar de la forma que sea a Zulema y los chicos de AFI, pueden comunicarse con la mujer al 154191062 o por internet (Facebook "Afi Mendoza" y mail zulemaolivares@yahoo.com.ar ).