El piloto español Carlos Sainz, que participará en el rally Dakar-2013 con el nuevo equipo Red Bull, afirmó este miércoles en París que afrontará la prueba con bajas expectativas y el objetivo de terminar, ya que su coche buggy californiano lleva muy pocos kilómetros.
Sainz, de 50 años, se sumó a última hora al nuevo proyecto comandado por el piloto catarí Nasser Al Attiyah, que también competirá en la prueba sudamericana, gracias a la colaboración del gobierno de su emirato y de Red Bull, que sigue intensificando su presencia en el mundo del motor.
"Esto es un proyecto completamente diferente. Un proyecto que acaba de nacer y el coche llega con pocos kilómetros, así que las expectativas son diferentes. En Volkswagen sabíamos que teníamos un coche ganador, pero ahora las prácticas han sido mínimas. Va a ser una aventura", comentó el campeón del Dakar en 2010.
En ese año, Sainz se coronó en Argentina con un Volkswagen, pero esta vez insistió en que no ve probable que se imponga y que el desafío que tiene es "terminar" y "sacar experiencia de cara al futuro".
"Si voy al Dakar quiero ganarlo, pero conozco la carrera y sé que con un coche que apenas tiene kilómetros es difícil ganarlo, incluso hasta terminarlo", aseveró.
"Mini (donde correrá el vigente campeón, el francés Stephane Peterhansel) es un equipo fuerte, que cuando Volkswagen se retiró tomó la iniciativa. Somos un equipo con una filosofía totalmente diferente y el reto de desbancar a Mini va a ser muy difícil", añadió el campeón mundial de rallies en 1990 y 1992.
Sainz afirmó también que lo que le ha impulsado a regresar a la competición y a una prueba tan exigente es "la pasión por competir" y que afronta el desafío con "ilusión".
"Lo más importante no es la edad, es la ilusión, hacer lo que te apetece y este proyecto me gustó. Tengo pasión, tengo ganas y sé que esta vez será diferente, con un equipo nuevo y un coche totalmente nuevo", dijo.
Para él, "el Dakar es muy especial" y cree que su experiencia puede ayudarle mucho: "Es un reto muy bonito y es sano tener retos".
El piloto madrileño quiso aclarar también que aunque el catarí Nasser Al Attiyah esté en la propiedad del equipo, no es el líder del mismo y que ambos competirán en un plano de igualdad, sin un 'jefe de filas'.
"Nasser es el dueño del equipo. Pero los dos nos conocemos, sabemos cómo somos y estamos en igualdad de condiciones", subrayó.
"Cuando Nasser puso en marcha el proyecto con Red Bull me llamaron. Es un equipo potente, a nivel de pilotos somos pilotos que hemos ganado el Dakar ya. Lo importante ahora será poner el coche a la altura, tratar de ganarlo", incidió.
Sainz detalló también entre risas lo diferente que ha sido para él conducir el buggy en relación a otros coches, sobre todo por sus "características especiales" y su "balanceo", que en la primera curva le hizo pensar que el coche estaba volcando.