El sacerdote brasileño João Paulo Araujo Gomes se ha dado a la tarea de terminar con los perros callejeros del municipio de Gravatá. Para esto invita a los canes a las misas que brinda para esa localidad.
En su templo los animales pueden "entrar, dormir, comer, beber agua y encontrar refugio y protección", según las palabras del párroco en Facebook. Pero la intención de João Paulo es que estos animales encuentren una nueva familia entre los feligreses.
También les brinda atención médica, como en el caso de Belinha, a quien le dedicó un tierno mensaje en su perfil: "Hoy fue el día de tomar Belinha (perro que ayudó en BR) para la segunda sesión de quimioterapia. Se está poniendo hermoso y lleno de encanto. Mis caras en las fotos se deben a que me derrito con tanta belleza".
Según los vecinos de Gravatá, que se ubica a 75 km de Recife y tiene una población estimada de 70.243 habitantes, las acciones del cura han disminuido significativamente la población de perros callejeros del lugar.