A 15 días de que los billetes de $ 5 dejen de tener validez como medio de pago, los comerciantes mantienen dudas sobre cómo efectuarán su reemplazo. Advierten que muchos clientes ya no quieren recibirlos y anticipan que para febrero la falta de cambio se traducirá en una pérdida de rentabilidad para los minoristas, o en un incremento de precios generalizado a causa del "redondeo". Por esto último, algunos economistas aseguran que la inflación se acelerará en enero y febrero.
En la actualidad el billete coexiste con una moneda del mismo valor (de color plateada y con la representación de un arrayán), que terminará por reemplazar de forma definitiva al papel desde el 1 de febrero. El problema, es que hay pocas monedas (apenas la quinta parte de la cantidad de billetes) y en Mendoza se ven a cuentagotas.
Según comunicó el Banco Central el reemplazo se hace necesario porque el billete de menor denominación (actualmente el de $ 5) tiene un deterioro más veloz que el resto de los billetes, algo que no sucede con las monedas.
No obstante, aunque el Central en 2019 cuadriplicó las monedas de $ 5 circulantes, al 6 de enero contaban con una criculación de 459,6 millones de unidades del billete con la imagen del General José de San Martín (desde el 1 de agosto se han retirado 50 millones de billetes), y a la misma fecha poco más de 94 millones de "arrayanes".
Si bien es cierto que el reemplazo no necesariamente tiene que ser directo (podrían entregarse cinco monedas de un peso, o combinarlas con otras de diferente denominación), los comerciantes advierten que "las monedas de $ 5 no llegan a Mendoza".
Presión sobre los precios
Según explicó el economista José Vargas, titular de Evaluecon, como sucedió con el billete de $ 2 (en mayo de 2018 el billete quedó fuera de circulación) los precios se "acomodarán hacia arriba".
"La mayoría de los precios ya subió. El ciudadano no quiere el billete de $ 5 y es lógico que con una inflación cercana al 50% el redondeo se da hacia arriba", señaló Vargas.
De acuerdo al economista, el impacto sobre la inflación no se dará directamente por sacar el billete de $ 5, sino por el aumento adicional que tendrán algunos productos (estima que será del 5% promedio), algo que ya está sucediendo porque "la economía se reacomoda antes de la fecha final".
Coincidió con esta lectura Daniel Garro, de Value International Group, quien destacó que "cuando hay faltante de ese tipo de circulante (billetes de baja denominación), los comercios empiezan a tener problemas para entregar el vuelto y entonces redondean el valor de venta hacia arriba. "Si el Gobierno no ajusta las clavijas para que el circulante sea reemplazado (con monedas), seguramente todos los precios van a aumentar hasta $ 5", indicó.
Garro opinó que esto pasará principalmente en el mercado minorista, en donde se maneja mayor cantidad de dinero en efectivo, y se asimilará sobre todo en "alimentos y bebidas", rubro que supone el 40% de la Canasta Básica Total. De allí que se podría ponderar un efecto en la inflación.
Por su parte, el economista Sebastián Piña señaló que el reemplazo del billete de $ 5 se debe dar "sin una expansión monetaria". De lo contrario, sí contribuiría a la devaluación de la moneda y con ella, al efecto inflacionario.
Por otro lado, explicó que el efecto sobre la inflación es relativo a lo que hoy significa un billete de $ 5 en la economía. Así, comparado con una Canasta Básica Alimentaria de un adulto ($ 3.976,17 para un hombre de 35 años) el billete representaría solo un 0,12% aproximadamente, cuando en 2016 era del 0,36%.
En la misma línea, señaló que si la estimación se efectúa teniendo en cuenta un ticket promedio de supermercado, sería del 0,6% en la actualidad y del 1,4% hace cuatro años. "En la estructura de billetes, el de $ 5 representa un 0,5% del de $ 1.000, que es el de máxima denominación", señaló Piña.
Por otro lado, destacó que "la transaccionalidad" de la economía es otro factor a tener en cuenta a la hora de estimar un efecto sobre precios. "El 32% de las transacciones se dan en efectivo, para el resto no habría problemas con el cambio y allí se reduce el impacto", cerró.
Cambio en caramelos
Para el mercado minorista, y sobre todo para los kioscos de Mendoza, la "desmonetización" del billete de $ 5 ya comenzó a tener efectos. Según Gustavo Suárez, titular de la Cámara de Kiosqueros Unidos de Mendoza (CKUM), entidad con más de 2.000 puntos de venta asociados, los negocios están aceptando los billetes, pero los clientes no quieren recibirlos.
De todas formas, Suárez estima que el problema real lo tendrán a partir de febrero, cuando definitivamente dejen de haber billetes de $ 5, y no haya monedas en su reemplazo. "El Estado no quiere pagar el flete para que lleguen las monedas a Mendoza. En Buenos Aires hay, pero acá los bancos no nos dan cambio en $ 5", comentó.
Llegado ese momento, Suárez señaló que habrá dos caminos posibles para evitar el problema del cambio, redondear hacia arriba, o redondear hacia abajo, dependiendo el caso. Entregar un producto que el cliente no solicitó a cambio de la moneda (caramelos, por ejemplo), no será una opción, porque genera disconformidades.
Cuando se reajuste el valor hacia abajo (un producto que cuesta $ 63, bajaría a $ 60), habrá "pérdida de rentabilidad" y cuando el ajuste sea hacia arriba (un artículo de $ 66, saltaría a $ 70), se generará más inflación.
Claves
Hasta cuándo se puede usar. A partir del 1 de febrero de 2020, deja de tener poder cancelatorio el billete de $ 5. Ya no será posible usarlo para comprar o pagar.
Fecha límite de cambio. Hasta el 28 de febrero de 2020, los bancos deberán canjear los billetes o acreditarlos en cuentas.
Cómo pagarán los bancos. El canje no se realizará necesariamente por un arrayán a cambio de un billete, sino que los bancos podrán entregar billetes o monedas de mayor o menor denominación.
Aceptación obligatoria. Hasta el 31 de enero de 2020 los billetes son de curso legal y todos los comerciantes están obligados a recibirlos. Se pueden denunciar irregularidades ante Defensa al Consumidor, llamando al 144, opción 3.