Los sabores del otoño en Mendoza

Cuatro propuestas para degustar productos de estación en manos de nuestra gente durante la mejor época del año.

Los sabores del otoño en Mendoza

Si se levantó tempranito, compró el diario y aún no tiene demasiados planes, tome algunas ideas para hoy, las que puede reutilizar el resto de la semana y las siguientes pues se trata de las novedades de temporada para probar y volver.

María Restaurante de Bodega Séptima renovó su carta con la llegada del otoño. Los 4 elementos guiaron la inspiración de Graciela Hisa.

Así agua, tierra, fuego y aire se ven representados en su labor diaria y en los platos que ofrece a sus comensales en la perfecta fusión entre lo más tradicional de la cocina vernácula y las vanguardias culinarias que el mundo reclama. Una cocina de productos frescos y regionales: carnes de res, de cerdo, de conejo, chivo; verduras y hortalizas producidas en Mendoza como tomates, papas, batatas, berenjenas y frutas secas se combinan con esmerada técnica y presentación.

Para arrancar el primer paso es degustación, entonces el paladar andará descifrando escabeche de conejo, ensalada capresse, jamón crudo, terrina de chivo y la inefable empanada mendocina. El segundo paso invita a elegir una opción: Salmón grillé, risotto crocante y vegetales; ojo de bife, papas explotadas con croute de chorizo y chimichurri; bondiola de cerdo braseada con panaché de batatas y frutas secas; lasagna de berenjena, zucchini, hongos y queso pepato.

El tercer momento llega con otra degustación, la de los dulces. Allí se luce la marquise de chocolate, cascaritas cítricas y mousse de lima; arroz con leche; flan de huevo con batatas en almíbar; manzanas al Chardonnay. En todos los casos el maridaje con vinos de la casa chardonnay, sauvignon blanc y tardío; de la línea Séptima obra malbec y cabernet sauvignon; finalmente espumante María Codorníu Extra Brut.

Cocina del vino

En Maipú en el cruce de Ruta 60 y Urquiza, La Carmenere restaurante que se encuentra dentro de la Bodega Vistandes, rodeado de viñedos, olivares, pequeños espejos de agua y el trajinar propio de la ruralidad mendocina, grita que el otoño es su mejor momento. Los domingos por allí son de asado, no faltan las empanadas mendocinas como para romper el hielo.

Luego siguen morcillas y chorizos babes, mollejas, chinchulines, costillas arqueadas, matambrito de cerdo y vacío; ensaladas de la época y verduras asadas continúan el argento festín. Y siempre el chef tiene alguna creativa sugerencia para ofrecer de postre. ($ 180 adultos, $ 90 niños).

De lunes a sábados, en tanto,  la renovada carta esgrime entre entradas, principales y postres un corolario de la cocina regional.

En el comienzo puede optar por humita $ 50, brochettes  de langostinos frescos maridados al Torrontés, $ 60, Queso camembert con dulce de frutos rojos al Malbec Joven, $ 50, entre otras propuestas. El plato principal pone al comensal en jaque para elegir entre: ojo de bife  con batatas  y papas  cuñas al  Carmenere, $ 120;  matambrito de cerdo al Malbec rose con gratín ahumado de calabaza y manzana, $ 110;  sorrentinos al cabernet  sauvignon  rellenos de ricota y nueces con salsa de taninos, $ 85; verduras asadas con quinoa ancestral a la mediterránea, $ 75; trucha crocante con frutos secos, verduras  asadas  y  salsa de coco y curry, $ 110.

Lo dulce con la exquisita degustación regional: queso criollo con dulce de batata, queso camembert con dulce de membrillo y nueces, mascarpone con dulce de tomate, $ 50, entre las sugerencias. El menú pensado para los más pequeños es el de milanesas con papas fritas, incluye gaseosa 375 cc. Postre: Degustación de helados. $ 90.-

Finca Blousson

En el valle de Uco donde las montañas enmarcan los viñedos que dan excelsos caldos de altura, la casa de campo de Patrick y Victoria propone una jornada entre los mejores sabores regionales mixturando la tipicidad mendocina con la cocina del sur de Francia y las maravillosos paisajes tunuyaninos. Finca Blousson  a 1300 m de altura, cuenta con un  exclusivo bistró, bodega artesanal y plantación de azafrán.

Allí se pueden degustar diversos platos, no hay menú fijo pero el imperdible es sin dudas el cordero al horno de barro, de 14 horas de cocción. También lomo al malbec, con una salsa hecha con las uvas de la casa; pechuguitas de pollo al vino blanco y a la mostaza de Dijon con quinoa, otro ejemplo.

Entre los imperdibles se encuentran los creppes de verdura y muzzarella, y de verdura y salmón para los que quieran opción de pastas o vegetariana. Cabe señalar que la propuesta se complementa con diferentes quiches y ensaladas especiales, las empanadas argentinas de carne y capresse como era de esperar, dicen presente. Por último para los domingos asado a la llama.

Si pregunta sobre los maridajes debe saber que en una pequeña cava las barricas de roble francés contienen el vino artesanal elaborado en la finca, pero además están allí las principales etiquetas de los vinos de la región.

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