Saber cambiar a tiempo y no regalar más nada - Por Pablo Philippens

El debut argentino ante Islandia dejó muchos puntos a analizar. Los intérpretes, en el ojo de la tormenta.

Saber cambiar a tiempo y no regalar más nada - Por Pablo Philippens
Saber cambiar a tiempo y no regalar más nada - Por Pablo Philippens

Terminada la primera fecha del Grupo D de la Copa del Mundo Rusia 2018, y tras el sorpresivo (y no tanto) empate entre Argentina e Islandia, el sistema de juego del elenco de Jorge Sampaoli dejó varios puntos para analizar, así como algunos de sus intérpretes.

Pintaba difícil como todo debut, y así fue. Enfrente se plantó un equipo que por más inexperto que pareciera jugó un verdadero partidazo en defensa. Líneas bien claras, poco espacio entre ellas y contragolpes veloces cuando el momento lo indicó. Lo hizo así en la clasificación europea y repitió el libreto. Partido casi perfecto de un conjunto que no se puso colorado a la hora de ofrecer un esquema ultra mezquino que le dio el punto que buscaba.

Pero apuntemos hacia la Argentina. Rescatémosle cosas buenas antes de subrayar lo negativo. El golazo de Sergio Agüero (primero en Mundiales) y su correcto partido, el despliegue de Javier Mascherano, la entrega de Maxi Meza, la solidez de Nicolás Otamendi. Y no mucho más.

Ahora, ¿qué se hizo mal? ¿Qué cosas hay que corregir para no regalar más nada en el camino hacia octavos de final?

Para empezar, el encuentro de Ángel Di María fue malo. No encontró su posición, chocó permanentemente y terminó dándole pases a los rivales. Una película muchas veces vista de un jugador que decenas de chances tuvo en la Selección. En el segundo tiempo, su lugar fue ocupado por el joven Cristian Pavón, quien en 15 minutos demostró cosas muy interesantes en el mano a mano por izquierda. Hasta le hicieron un claro penal que el árbitro no vio (o no quiso ver).

Otro punto flojo fue Lucas Biglia. No gravitó, lateralizó la pelota permanentemente y hasta chocó con Mascherano más de una vez, lo que desnudó una evidente superposición de roles. No se entendió su confirmación como titular y no se terminó de comprender su labor en el partido. Fue reemplazado por Ever Banega, superior al rubio del Milan, aunque sin brillar. Quizá ese lugar deba ser ocupado por Gio Lo Celso, volante central con mayor control de pelota y peso ofensivo.

Más atrás, en la defensa, Marcos Rojo dio algunas ventajas aunque resulta difícil ensayar un buen punto de vista porque Islandia no atacó más de 2 o 3 veces. En el arco, Caballero no tuvo responsabilidad en el gol rival. El problema, hasta ahora, no parece estar bajo los tres palos. La incógnita será la performance de esa última línea ante Croacia (próximo jueves), rival que sí profundizará sus avances después del 2-0 ante Nigeria.

Leo Messi, mal. Falló un tiro penal clave, se lo vio lejos de la zona de creación y mostró mucho fastidio. Bajó hasta la mitad de la cancha para hacer contacto con el balón (lo cual también deja en evidencia el fracaso del sistema utilizado por el DT) y no estuvo fino a la hora de ejecutar disparos, tanto en pelota parada como en movimiento. Se espera que su rendimiento vaya de menor a mayor, y que el equipo entre en sintonía.

Los cambios de Sampaoli: bien elegidos los nombres, aunque muy tarde. Pavón pedía cancha mucho antes (entró a los 75'), Banega provocó verticalidad e Higuaín buscó su chance en el final. Aunque, hay que insistir en esto, les faltó tiempo y se notó.

En resumen, la albiceleste se encontró con un contrincante durísimo que mostró mejores credenciales de las que se esperaban, aunque absolutamente recostado en defensa, claro. Sampaoli tendrá cuatro días para corregir errores, cambiar intérpretes y generar un sistema de juego más sólido en ofensiva. Ganar será urgente. Y no habrá margen para otra cosa.

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