Alejandro Sabella llegó a la conferencia, se calzó los auriculares sobre una gorra blanca que ya es una suerte de cábala y tocó todos los temas. Estuvo encendido en el ida y vuelta con los periodistas y mostró un valorable costado autocrítico.
"Atenuantes para el nivel de juego hay, pero queda en mi pensamiento. Soy el responsable. No alcanzamos todavía el nivel que pretendemos. Los partidos hay que jugarlos. Costa Rica le ganó a Italia, a Uruguay, y empató con Inglaterra. Más allá de que ganamos los cuatro partidos, no hemos jugado como teníamos que jugar. Los resultados fueron apretados. Buscamos la mejoría pero es un Mundial muy difícil, muy parejo, se han dado muchas sorpresas. Los equipos menos fuertes en teoría están más preparados. El mundo se ha globalizado y ha hecho todo más parejo. La realidad del fútbol actual es ésa", reflexionó, además de comentar que no piensa en modificar el esquema 4-4-2 que implementó frente a Suiza y que no iba a confirmar el equipo porque tampoco se lo había informado a los jugadores.
Entonces, empezó a hablar de las consecuencias que podría tener una eliminación en esta instancia que resulta maldita para los argentinos desde que se alcanzó la final en Italia 90. Empleó una frase con apoyo en la historia: "Tenemos la esperanza de cruzar el Rubicón", dijo el técnico de la Selección. Como si fuera Julio César, que decidió atravesar el pequeño río que separaba Italia de la Galia Cisalpina a pesar de que el Senado romano lo tenía totalmente prohibido para evitar que las tropas avanzaran sobre el Imperio, Sabella sabe que "la suerte está echada", tal cual manifestó el Emperador en el año 49 A.C. antes de sortear el límite que le imponía Pompeyo y desatar una guerra civil.
"Si no estamos entre los cuatro primeros, será una frustración. Cuando era chico escuchaba que éramos los mejores del mundo y todavía no habíamos ganado nada. Es una cuestión cultural".
Continuó con su teoría de la gloria o Devoto: "El éxito o el fracaso lleva un proceso de tres o cuatro años. Se define en el tiempo, en el más allá, no solamente en el resultado. Obviamente. lo más importante es el resultado, pero para ayudar a eso hay que ver otras cosas. Si formo jugadores, si dejo una base, si mejoraron. Eso en un club. Y en una selección es parecido. Pero el resultado es muy importante. Muchas veces los juicios tienen que ver con el resultado. Si ganás, sos un fenómeno; si perdés, no servís para nada. El primero hace todo bien, el segundo todo mal".
Le subió la temperatura cuando le marcaron que dependía demasiado de Messi. "Cualquier equipo que tenga a Messi va a depender mucho de él. Y lo que está haciendo es mérito de todo el equipo. Es el mejor jugador del mundo, pero el equipo ayuda. La jugada del gol arrancó en una pelota recuperada por Palacio, ahí Messi tomó la pelota con ventaja. Por eso es bueno tener un delantero que nos juegue de volante, para la recuperación, para que ocupe espacios cuando la tienen los rivales. Nos criticaron por eso y con razón. La ocupación de los espacios es importante, con jugadores ofensivos. Estamos tratando de hacerlo. Si Palacio no hubiera estado ahí, no se habría dado el gol", afirmó.
No confirmó quién jugará en el puesto de volante por derecha pero, según los conceptos que brindó en la conferencia de prensa, difícilmente apueste por algún otro futbolista que no sea Palacio o Lavezzi para jugar contra los belgas. “Depende de la característica del volante. Si es un volante que va a estar para cubrir la salida del lateral, para ayudarlo, no va a tener desdoble para atacar. Hay que tener el jugador justo y no sabemos si lo tenemos; vamos a ver”.
Volvió sobre Messi y el equipo cuando le preguntaron si esta Selección tenía “mística”. Dijo al respecto Sabella: “El grupo está bien, no sé si hay mística. Hay sentido de pertenencia y ése es un porcentaje extra. De Messi siempre se espera que haga algo distinto. Sorprende y no sorprende. Hay un equipo que lo fortalece, que lo hace sentir bien, que hace que rinda como está rindiendo. Hace unos años era criticado, ahora decimos que dependemos mucho de Messi”.
Defendió a Gonzalo Higuaín, otro de los apuntados por su falta de gol: “El Pipita tuvo un problema en el final de la temporada, en un remate que le trabaron. Estuvo muy dolorido, no pudo entrenarse al cien por ciento pero en el último partido fue el jugador que más corrió, se sacrifica por el equipo, colabora en la ocupación de los espacios. Confiamos en él”. No confirmó si Sergio Agüero estará en el banco: “Veremos cómo responde hoy”. Tampoco quiso hacer nombres propios de los jugadores belgas, aunque reconoció: “Bélgica es un equipo muy bueno. Tiene uno de los mejores arqueros del mundo, la defensa juega en las mejores ligas. Me exime de mayores comentarios. Si tiene algún déficit o falencia no la vamos a hacer pública”.