En medio de una notable expansión inmobiliaria y del crecimiento del caudal vehicular, el desarrollo de un nuevo polo turístico demanda obras capaces de resolver semejante movimiento.
Intervenciones provisorias atenúan los riesgos en un sector que se transformó en el más sensible del Gran Mendoza.
En los casi 20 años que las localidades Cacheuta y Potrerillos permanecieron separadas, el crecimiento demográfico resultó extraordinario en torno a la ruta provincial 82, específicamente en el sector norte de Luján de Cuyo, en el límite con Godoy Cruz, desde allí hacia Chacras de Coria, el entorno de calle Gobernador Ortiz y continuando desde Las Compuertas hacia el oeste.
A la ola de los nuevos barrios privados, de nuevos centros comerciales, de nuevas sedes de colegios y demás instituciones, se sumó el crecimiento del parque automotor, lo cual transformó a la ruta Panamericana en un eje absolutamente saturado y vulnerable, con la carga lógica derivada del Corredor del Oeste y del sector sur de avenida San Martín.
La ruta Panamericana absorbe actualmente un caudal que supera los 25.000 vehículos diarios de acuerdo con los recientes censos de tránsito realizados por la Dirección Provincial de Vialidad.
El organismo ha planteado recientemente una serie de intervenciones -en todos los casos de manera provisoria- para atenuar el impacto de los incidentes viales, muchas de las cuales han sido cuestionadas porque han afectado la fluidez en torno a Chacras de Coria, Vistalba y zonas vecinas.
La rotonda (semaforizada) construida en la intersección de Panamericana y calle Puesto de los Pozos, es un ejemplo.
Lejos de ser una respuesta óptima a un área tradicionalmente crítica, la obra ha disminuido los riesgos considerablemente.
Una vez que comience a plasmarse el proyecto integral para la refuncionalización de la ruta 82, la actual rotonda será remplazada por un intercambiador tipo diamante, a desnivel, que comprende una nueva salida a la ruta 82 desde Chacras de Coria a través de calle Besares, entre otros detalles.
Vialidad provincial ya tiene definido ese proyecto que se extiende desde la finalización del Corredor del Oeste hasta Cacheuta.
Se trata de una obra moderna, ágil, segura, que prevé la construcción de una doble vía, ciclovías, nuevos cruces peatonales, nuevas paradas para el transporte público, además de la nueva conexión con Chacras de Coria.
La obra incluye la construcción de retornos, calles de servicio, la estabilización de las laderas, el ensanche de puentes y alcantarillas, la iluminación de los intercambiadores, además de los trabajos de demarcación y señalización.
Será, sin dudas, una realización a la altura de la expansión que ha tenido el Gran Mendoza en su sector oeste. Por el momento, continúan las gestiones para definir el financiamiento necesario estimado en 80 millones de dólares.
Mientras tanto, evitar la pérdida de vidas humanas por falta de infraestructura es el punto clave. Más aún tratándose de un circuito donde -previo a la ejecución de la rotonda emplazada frente a la cancha del club Chacras de Coria- se duplicaban las velocidades máximas permitidas.