Una ruta esencial para el turismo

El camino entre San José, en Tupungato, hasta Potrerillos, contiene una belleza natural que cuenta con las mejores posibilidades de ser aprovechada turísticamente. Han comenzado los trabajos de pavimentación pero resta un aspecto importante: el de la limp

Una ruta esencial para el turismo

El crecimiento de la actividad turística en la provincia en los últimos años ha sido exponencial. Varios han sido los factores que contribuyeron a ese incremento y, sin dudas, gran parte se debe a las inversiones de las bodegas para fomentar el denominado enoturismo, mientras paralelamente la propia provincia se preocupó por mejorar la ya importante oferta natural que ofrecen la montaña, los viñedos, la belleza de las calles arboladas y las acequias de la Capital y sus alrededores.

Cada uno de los oasis provinciales tiene su atractivo particular. El Sur cuenta con un bien ganado prestigio y una interesante capacidad hotelera que suele verse colmada en la temporada estival, mientras el Norte se potencia con sus posibilidades naturales y la visita a las bodegas. El Valle de Uco devino en los últimos años un nuevo atractivo a la importante oferta provincial. El Camino del Vino y el Camino de la Producción constituyen los mejores ejemplos.

En ese marco se encuadra la importancia de una ruta provincial, la 89, que une al distrito de San José, en Tupungato con la localidad de Las Vegas, en Potrerillos, en un recorrido de 60 kilómetros que vincula estancias ganaderas, viñedos y cultivos de papa y cereales, con una vista inigualable y espectacular del Cordón del Plata acompañando el recorrido.

El simple hecho de que, para llegar a la ruta es necesario atravesar primero los caracoles de Tupungato, acercándose luego a los balcones de Las Vegas, en el descenso a Potrerillos, constituyen de por sí un espectáculo turístico único.

En distintas gestiones gubernamentales los funcionarios hicieron hincapié en la necesidad de mejorar el camino -que es de tierra y ripio, muchas veces en precario estado- aunque se generaba una discusión entre quienes defendían la teoría del asfaltado, frente a los que consideraban que debía priorizarse el medio ambiente y la ecología, aduciendo que la circulación de vehículos podría alejar a algunas especies autóctonas. Sin embargo, actualmente el camino es utilizado por camionetas cuatro por cuatro o motos enduro de gran cilindrada, que causan más ruido que los vehículos normales.

Resulta evidente que se impuso la primera de las teorías, porque la ruta está siendo asfaltada, partiendo desde Tupungato. La pavimentación, en la primera etapa, contempla un tramo de 6,5 kilómetros, mientras paralelamente se realizará el mantenimiento del resto de los kilómetros hasta Potrerillos.

Pero hay otro aspecto a considerar, tanto para el presente como para el futuro, si se intenta aprovechar turísticamente la ruta. Es el caso de la limpieza de la zona en razón de que, al no existir recolección de residuos por parte de las comunas -especialmente la de Tupungato- abundan las botellas de plástico y las bolsas en los costados, las que van a parar a los cauces que no sólo son de riego sino que son utilizados por gran parte de los habitantes para beber. Los habitantes de la zona hicieron conocer el problema durante su participación en la banca del vecino y solicitaron la colocación de contenedores a modo de solución.

Por iniciativa de alumnos de un colegio de la zona y en un trabajo en conjunto con jóvenes procedentes de Buenos Aires, fueron los chicos los que se abocaron a la tarea de limpieza. Un ejemplo que debe ser correspondido por las autoridades municipales.

La belleza natural inigualable de la zona y las posibilidades turísticas que ofrece, exigen una inmediata respuesta oficial.

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