La policía rusa detuvo ayer en Moscú al opositor ruso Alexei Navalni durante una manifestación, mientras que miles de personas en Rusia respondieron a su llamado de manifestar para denunciar las "pseudoelecciones" del 18 de marzo.
Apenas unos minutos después de haberse unido a sus partidarios en la calle Tverskaya, en el centro de la capital rusa, Navalni fue detenido por una decena de policías y trasladado por la fuerza a un furgón policial, según las imágenes difundidas por sus partidarios.
“Fui detenido”, escribió Navalni en Twitter. “No quiere decir nada. Vengan a la avenida Tverskaya. Ustedes no vinieron aquí por mí, sino por ustedes y su futuro”, añadió.
Protesta "no autorizada"
Navalni fue imputado por "violación al procedimiento relativo a la organización de una manifestación", indicó la policía.
En Moscú unas 4.000 personas participaron en la protesta encuadrada por un impresionante dispositivo de seguridad. "Estoy aquí para mostrar que no es justo impedir a Navalni participar en la elección", declaró Alexandra Fedorova, de 27 años.
En San Petersburgo (noroeste) unos 1.500 manifestantes gritaban "Rusia sin Putin", rodeados por un importante dispositivo policial, para luego dispersarse.
"Quiero un cambio. Estamos cansados de vivir en este pantano es por ello que estoy aquí", explicó a Andrei Petrov, de 20 años.
Miles de manifestantes protestaron en unas 120 ciudades en Rusia central, Siberia o incluso en el extremo oriente ruso, a pesar de temperaturas de -45ºC. Según la ONG rusa OVD-Info, al menos 180 militantes fueron detenidos en todo el país. Antes de que comenzaran las principales protestas, en Moscú y San Petersburgo, la policía había ingresado a la sede moscovita de Navalni con el objetivo de impedir una retransmisión en vivo de las protestas en el este del país.
La policía también arrestó a varios empleados del Fondo de Lucha contra la Corrupción de Navalni, dijo su equipo.
A dos meses de los comicios, Navalni llamó a los rusos a manifestar con el eslogan "Esto no son elecciones, sino un engaño". Manifestar contra el Kremlin "es nuestra arma política", declaró ayer en un video el carismático bloguero anticorrupción.
El portavoz de Putin, Dimitri Peskov, advirtió que las marchas no autorizadas tendrán "consecuencias".
El ayuntamiento de Moscú, que no había autorizado la manifestación de ayer, dijo que exigiría “medidas judiciales” contra el opositor.
Navalni, de 41 años, fue detenido en 3 ocasiones en 2017 por organizar manifestaciones no autorizadas que terminaron con otros centenares de arrestos.
Navalni, considerado como el único político capaz de ser un rival viable de Putin, construyó un fuerte movimiento de protesta a pesar del continuo hostigamiento policial.
En su opinión, las próximas elecciones no serán más que un nuevo nombramiento de Putin, quien se espera que logre su cuarto mandato presidencial, prolongando su poder en el Kremlin hasta 2024.
Según un sondeo del Levada Centre de noviembre, sólo 58% de los encuestados tenían pensado ir a votar en marzo, menos que el 69% previo a las elecciones de 2012 y el 75% de antes de las de 2008.
Navalni, proscripto por una condena por disturbios
El año pasado, Navalni aumentó los esfuerzos en su apuesta para presentarse a las elecciones, pero la comisión electoral rechazó su candidatura debido a una condena judicial por disturibios en manifestaciones que, según el opositor, está motivada políticamente.
Navalni dijo que usaría toda la fuerza de su campaña para organizar "huelgas de votantes" e instar a los rusos a no votar en las presidenciales.
Tras 18 años de liderazgo, como presidente y primer ministro, la popularidad de Putin empieza a resquebrajarse a lo largo y ancho de Rusia.
La mayor preocupación del Kremlin es que la participación sea baja, lo que debilitaría un nuevo mandato de Putin.
Navalni busca empañar la esperada victoria de Putin y subrayar la apatía de los votantes en su cruzada contra el presidente, de 65 años. "La participación en estas elecciones es extremadamente importante para Putin", dijo Lev Gudkov, presidente del Levada Centre, un grupo electoral independiente. "Tiene que dar la impresión no sólo de haber logrado una victoria convincente, sino también de contar con apoyo por todo el país, un plebiscito", añadió.