Rusia advirtió que la actual situación política en Venezuela recuerda cada vez más a la de Chile de 1973, cuando un golpe militar llevó a la caída del Gobierno de Salvador Allende.
"No podemos dejar de advertir el creciente riesgo de (que se produzcan) escenarios de los que ya advertimos. Escenarios que recuerdan a los tristes sucesos ocurridos en otro país hermano: Chile en los años 70", señaló Alexandr Schetinin, director del departamento latinoamericano del Ministerio ruso de Exteriores, según medios locales.
El diplomático, que hizo estas declaraciones durante un acto en la embajada venezolana en Moscú, subrayó la importancia de que "todos los procesos políticos en Venezuela se limiten estrictamente a los cauces constitucionales".
Sobre el número de fallecidos que han causado las manifestaciones hay discrepancias. El jefe del Parlamento aseguró que son siete los muertos por los incidentes, mientras que el gobierno admite cinco víctimas fatales.
"Al respecto, no puedo no expresar inquietud por las declaraciones sobre la posibilidad de una inmediata respuesta desde el exterior", comentó, en clara alusión a las amenazas vertidas por Estados Unidos.
En su opinión, "tales afirmaciones únicamente alientan a los radicales y crean una atmósfera de incertidumbre e inestabilidad que lleva a instigar la confrontación violenta".
"Estamos convencidos de que la salida del enfrentamiento político es la renuncia a la violencia y el retorno al diálogo en interés de una búsqueda conjunta de respuestas y decisiones a los desafíos socio económicos que afronta el país", expresó el experto.
Schetinin, quien subrayó que la crisis política venezolana no beneficia a nadie en esa región ni en el resto del mundo, llamó también a dejar acusar a Rusia de injerencia en los asuntos internos de otros países.
Desde el estallido de la crisis, Rusia ha calificado de "inadmisible" la injerencia externa en los asuntos de Venezuela, el principal aliado del Kremlin en América Latina y gran importador de armamento.
Rusia ha acusado en el pasado a Estados Unidos de ejercer presiones políticas sobre Venezuela, advirtiendo de que la desestabilización de ese país sería una amenaza tanto para la democracia venezolana como para toda Latinoamérica.
En febrero pasado el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, destacó que las relaciones entre su país y Venezuela están en alza al recibir a su homóloga venezolana, Delcy Rodríguez.
En tanto, las protestas callejeras en la capital y otras ciudades se mantienen vigentes, con diferentes grados de violencia. Y los escenarios de violencia no solo son las calles.
Por ejemplo, hubo golpes, gritos y empujones entre chavistas y opositores dentro de la Basílica de Santa Teresa, en la ciudad de Caracas, adonde acudieron dirigentes políticos.
Por otra parte, sobre el número de fallecidos que han causado las manifestaciones en distintas zonas del territorio, hay discrepancias. El jefe del Parlamento aseguró que son siete los muertos por los incidentes, mientras que el gobierno admite cinco víctimas fatales.