Mientras la Selección Argentina daba todo de sí en la cancha para tratar de revertir el 1 a 1 con el que terminó empatando con Islandia, en los grupos de Whatsapp de las mujeres no se hablaba de otra cosa. Ya no importaba el resultado ni el enojo de sus parejas por el resultados. Todas se preguntaban quién era el rubio islandés que no podían dejar de mirar en la pantalla.
Se trata de Rúrik Gíslason, el volante de SV Sandhausen de la Bundesliga y que ahora se ganó el corazón de las argentinas.
Rúrik entró a la cancha a los 63 minutos del partido en lugar de su compañero Johann Gudmundsson. Su ingreso fue furor en las redes sociales.
Nació un 25 de febrero de hace 30 años, en la capital de su país, la gélida Reikiavik.
Fue tanto el impacto que causó este rubio de un metro ochenta y cuatro que durante el partido consiguió 40 mil nuevos seguidores en su cuenta de Instagram. Seguramente, la mayoría provino de Argentina.