Desde el origen de los tiempos, el embarazo y el parto constituyen momentos decisivos para la mujer, y no solo porque significan la continuidad de la especie, sino por el riesgo de vida que han representado tanto para ella como para su descendencia.
Hoy, gracias al inmenso progreso de la ciencia, sabemos que ciertos cuidados y chequeos, antes y durante el embarazo, impactan directamente en el desarrollo del bebé. Sucede que muchos de los problemas de salud que se registran durante la gestación (o al menos los factores de riesgo para su aparición) suelen estar presentes en la mujer desde antes de la concepción, por lo cual es fundamental detectarlos a tiempo.
Por eso, desde 2005, se viene empleando en el ámbito de la salud un nuevo concepto denominado “cuidado preconcepcional”, que ha supuesto todo un cambio de paradigma, ya que hasta entonces el protocolo indicaba la importancia de controles al inicio del embarazo, pero no antes. Lo que terminaba ocurriendo era que, incluso llevándose a cabo esos chequeos tempranos, de igual modo se diagnosticaban condiciones maternas y malformaciones fetales, a veces severas, que podrían haberse evitado si se realizaba una consulta previa.
Los controles durante el embarazo son muy efectivos para disminuir la mortalidad infantil, provocada principalmente por malformaciones congénitas y bajo peso al nacer.
Son numerosos los datos y tips de prevención que los ginecólogos/gas puede aportar a la paciente durante esta consulta preconcepcional, ya sea en cuanto a los pros y contras de ciertos hábitos, como a la incorporación de otros que propiciarán un mejor embarazo.
¿Qué cambios debo considerar si quiero quedar embarazada?
- Consultar a tu médico y cambiar, en caso de que sea necesario, las medicaciones que tomes por tratamientos de enfermedades crónicas por otras adecuadas durante el embarazo.
- Interrumpir conductas nocivas como el consumo de tabaco, drogas y alcohol.
- Tomar ácido fólico los tres meses previos a la búsqueda de un bebé.
- Pedir asesoramiento nutricional.
- Ponerte al día con el calendario de vacunas: Tétano, rubeola, varicela, sarampión, paperas, hepatitis B y, ahora también, Covid-19.
- Chequear posibles enfermedades infecciosas (como el HIV y otras de transmisión sexual): cuando son tratadas oportunamente, se reduce considerablemente el riesgo fetal.
- Detectar posibles contextos de violencia de género.
- Asesoramiento genético.
Hoy existen estudios que permiten predecir el riesgo que tiene una pareja de tener un hijo afectado por una enfermedad genética. Los puede realizar cualquier pareja que esté planificando un embarazo espontáneo o haciendo tratamientos de fertilidad, sin la necesidad de tener antecedentes genéticos de ningún tipo.
Sin duda, la tendencia en salud va por el camino de la prevención, la detección temprana, la planificación y la medicina personalizada. Estas acciones nos permiten llevar adelante gestaciones satisfactorias, disminuyendo las complicaciones para la madre y su descendencia. •
* Especialista en Medicina Reproductiva MN: 123756. pnicotra@cegyr.com Contenido exclusivo de Rumbos.